“Una gota de agua en un mar sin fin…”

septiembre 21, 2023
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Por José Guadalupe Martínez Valero

Entre mis lectores –que reconozco no son muchos, tres o cuatro diría mi maestro Don Armando Fuentes Aguirre, Catón– tengo el altísimo privilegio de contar con una también colaboradora de este medio, doña Ximena Arriaga, cuyas columnas me parecen extraordinarias, en un lenguaje mucho más llano que el mío, y donde ella aborda temas de bastante actualidad, con una frescura que francamente le envidio. 

Por eso busco su retroalimentación a partir de la recíproca lectura, en mi caso honor que ella me hace y, al mismo tiempo, me obliga a superar en cada entrega. 

Y aunque en esta oportunidad lo que tengo el gusto de compartir con ustedes podría relacionarse con mi editorial anterior, en todo caso surge a partir de, precisamente, la retroalimentación que tuvo a bien darme Ximena, luego del análisis que hice, mediante publicación digital de nuestra casa El Coahuilense, de una canción más de Joaquín Sabina, específicamente Ahora que, mandándome ella una canción de la banda La Trakalosa de Monterrey, donde, supongo, dicho grupo musical –sin proponérselo– parafrasea a Sabina en la parte que se refiere a quedarse en la cama con la pareja “lunes, martes y fiestas de guardar”; siendo la canción por mí recibida: San Lunes, que dice en su verso quinto, estrofas cuarta a la séptima: “Y nosotros como si nada, me di cuenta que era lunes; pero lo hice san lunes y otra vez a la cama.” ¡No me digan que no hay similitudes!

Y como el chango es chiflado, y además doña Ximena me dio pandereta, aquí voy de nuevo con oootra columna que habla de la manera en que se entrelazan temas tan disímbolos como la música, poesía, dibujos animados, filosofía, religión y hasta las matemáticas.

Empecemos, para muestra, con algunas canciones que contienen ideas similares:

Hay una bellísima de Serrat, llamada Princesa y que medularmente trata de una chica de origen humilde y el deseo de, ¿su padre?, buscando que ella salga de la pobreza vía una oportunidad en el medio artístico, siendo su estribillo principal “Tú no, princesa, tú no”; canción cuyo tema aborda de igual manera el rapero español Yung Beef en una de sus piezas denominada, ¿adivinen cómo?, sí: Tú no, princesa; historia que igualmente nos presenta –para variar– Joaquín Sabina en su Barbi Superstar, aunque con una letra más cruda; autor este último que tiene otra más, llamada Princesa, pero su tópico es distinto a los tres anteriores. 

Historia que a su vez repite, la de la mujer joven que sale de la pobreza y termina de la peor manera en forma por demás triste ¿quién creen?: ¡Stephen King! en un cuento breve, de los pocos que además no son de terror, llamado El último peldaño de la escalera. 

Por otro lado, hay una canción de desamor del uruguayo Jorge Drexler, llamada La vida es más compleja de lo que parece, cuya temática es repetida por el español Marwán en su pieza La vida cuesta, que además interpreta magistralmente a dúo con el mexicano Leonel García, y que en su verso inicial dice: “Cuesta comprender que nos pasamos media vida persiguiendo cosas que nos hacen daño”, cita que es casi replicada por el rapero también español Francisco Javier Álvarez Beret, en la lírica de Diez mil porqués donde dice: “Que has pasado media vida buscando tu otra mitad, para pasar la otra media intentándola olvidar”.

Y de raperos hablando, otro español Ignacio José Fornés Olmo, mejor conocido como Nach en su canción El cuenta cuentos, al iniciar la misma lo hace no sólo parafraseando algunas de las ideas contenidas en Construcción, que interpreta de manera inigualable la argentina, ¿casualmente? de nombre similar, Nacha Guevara, y además usando el mismo estilo que ella. Cantante ésta que, a su vez, tiene en su amplísimo repertorio poemas hechos canción del escritor uruguayo Mario Benedetti, siendo la más representativa Te quiero, la cual puede ser encontrada en el libro Poemas de Otros, que le da voz en algunos de sus escritos a personajes contenidos en la novela La tregua del mismo autor. 

Asimismo uno de mis raperos favoritos Sharif Fernández, español de igual manera, en su Te debía esta canción, además de homenajear a Joaquín Sabina y parafrasearlo, cita dos de sus discos y varias de sus canciones. 

Mismo que en otra de sus piezas musicales: Apolo y Dafne, cuyo título es tomado del mito griego homónimo, relatado en una de sus partes por el poeta romano Ovidio en el texto Las metamorfosis, al escribir “Ella buscaba un cuerpo para huir del frío, yo buscaba un cuerpo para huir del mío”, está parafraseando la cita del filósofo, poeta, músico y filólogo alemán Freidrich Nietzsche: “Un hombre corre hacia su vecino porque quiere encontrarse, el otro, porque quiere perderse…” 

¿Cómo ven?, rap, mitología griega, poesía romana y filosofía alemana que unen a tres grandes personajes en un solo combo.

¿Y que me dicen de Bécquer?, canción de otro rapero español Kase. O, que lleva el nombre de uno de los grandes de la poesía y la narración posromanticista, Gustavo Adolfo Claudio Domínguez Bastida –Gustavo Adolfo Bécquer– en la que cita a El cuervo del igualmente escritor estadunidense, poeta, crítico y periodista romántico Edgar Allan Poe; a la Bella Durmiente, que proviene de tradición oral y que tiene tres versiones: una italiana, atribuida a Giambatista Basile; una francesa, la de Charles Perrault, y otra alemana, de los hermanos Jacob y Willhelm Grimm, historia hecha además película por Walt Disney; así como –obviamente– las oscuras golondrinas del propio Bécquer. 

Golondrinas que aparecen igualmente en las canciones Y sin embargo, otra vez de Sabina, y Jueves, de La oreja de Van Gogh. 

Y si de cuentos hablamos, José Madero, el exvocalista de Panda, en su canción Final ruin usa dicha figura literaria narrando una historia de amor, escribiendo en uno de sus párrafos: “Este era el cuento de nunca acabar”, frase con la que cierra Sabina la canción a la que aludí al inicio del presente, pero de una manera más potente encapsulando el mensaje principal de la canción en la cita: “Ahora que todos los cuentos parecen el cuento de nunca empezar”. 

Por otro lado, tenemos la cita bíblica –“ahí vas otra vez con tu religiosidad”, me regañaría Ximena–: “Así dice el Señor: Maldito el hombre que en el hombre confía, y hace de la carne su fortaleza, y del Señor se aparta su corazón”, que además de dar título a la canción de otro rapero: Canserbero, Jeremías 17-5, es una cita contenida justamente en el libro homónimo del texto sagrado, capítulo y versículo en cuestión; tema, el musical, que se desarrolla bajo la premisa de la cita en comento: la traición de la confianza por parte de un amigo.

Para cerrar, tres joyas: háganse el favor de escuchar El rap de Matemáticas, que aparece en el blog “Aprende Rapeando”, el cual en una de sus rimas dice: “Matemática es el cálculo descrito en cada verso, es el lenguaje con el cual está escrito el universo”, afirmación que aparece casi al final de la película Donald en el país de las matemáticas, la cual vi varias veces en aquella serie que salía los domingos de mi infancia, de las 19 a 20 horas, Fabrica de sonrisas. 

Busquen también en YouTube a la intérprete Sheila Blanco, quien con la música clásica de los propios autores narra las vidas de Bach, Mozart, Beethoven, Vivaldi, Brahms y Tchaikovsky, entre otros. 

Y, finalmente, ¿sabían que la canción Amor de Escuela, que sale en el primer disco de Luis Miguel (El Sol), 1+1=2 enamorados, es prácticamente un plagio del poema Adolescencia, de Juan Ramón Jiménez?, Premio Nobel de Literatura y autor de Platero y yo.

Como diría Polvo en el Viento, de la banda norteamericana Kansas: “La misma vieja canción. Es una gota de agua en un mar sin fin…” Todo es cultura y afortunadamente abarca, pero por encima de ello mezcla todas las disciplinas generadas por la humanidad, mismas que nutren, en su totalidad al arte.

MÁS DEL AUTOR:
http://www.elcoahuilense.com/opinion/amor-una-enfermedad-muy-grave-platon-filosofo-griego/

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