David Alberto Dávila y su saxofón: Historia de una pasión

julio 21, 2023
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Por Mariana Santos

En la calle de Victoria se escucha el sonido fuerte, noble y claro del saxofón, instrumento que David Alberto Dávila toca desde hace 10 años en el centro de Saltillo. 

Originario de Guanajuato, el saxofonista llegó a esta ciudad hace 11 años debido a que su esposa decidió iniciar aquí una nueva vida.

Aprendió solo a tocar el saxofón. Le fue fácil, pues estudió la licenciatura en música en la Universidad de Guanajuato. 

El músico inició con la guitarra cuando cursaba el bachillerato. Formaba parte de una banda en la que se encontraban sus amigos y un primo. Él era el bajista y durante nueve meses se presentaron cada fin de semana en la ciudad de Celaya. En esa ciudad grabó en el 2000 el disco “En las venas del sol mexicano” con diez temas de música regional mexicana y sones jarochos. 

En ese mismo año formó parte en un grupo de teatro que tocaba en los tradicionales festivales cervantinos. Al inicio sólo era músico en las obras, después se convirtió en actor.

La obra que más recuerda es “Madre Coraje”, un drama que se sitúa durante la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), en la que participaron las potencias europeas de esa época. El personaje principal de la obra, Anna Fierling, trata de sobrevivir junto con sus tres hijos. 

La obra dura cuatro horas, pero se adaptó a un tiempo de 120 minutos y el músico realizó cuatro papeles, uno de ellos el del hijo de la “Madre Coraje”. Para David fue una interpretación cansada e intensa, pero se quedó con el gusto por el teatro. 

Comenta que toda esta pasión por la música lo heredó de su madre, pues cuando él tenía 7 años lo llevaba a obras musicales como “Jesucristo Superestrella” o “José el Soñador” o escuchaba sinfonías de Beethoven.

Un Sax para armar la fiesta

Al llegar a Saltillo David comenzó a dar clases de música e inició como contrabajista en una cámara de ópera de títeres. Después, las calles del centro lo invitaron a ofrecer su show enfrente del Café Victoria. Pese a tocar varios instrumentos, eligió el saxofón por considerar que con éste puede “armar una fiesta por sí sola”. 

El saxofón y él cuentan con una historia: el instrumento llegó a sus manos gracias a que una amiga se lo regaló. Su esposo falleció y tener el sax le traía tristes recuerdos. David lo aceptó, pero lo guardó en un armario. Empolvado, salió del armario para estar a la venta, pero nadie lo quiso. Regresó a las manos de David. El músico le dio una segunda oportunidad y comenzó a estudiarlo. Con el paso del tiempo se enamoró de él. Jamás lo volvió a dejar.

Para David este instrumento cuenta con un timbre muy particular y se presta para diferentes tipos de música, por esta razón es su favorito, a pesar de que su compañera de toda la vida ha sido la guitarra y de que también toca el violín y el chelo. 

El músico se presenta solo por una razón: la comodidad. “Yo traigo mis pistas, porque luego dicen más vale solo que mal acompañado. Además, éstas no cobran, son puntuales y llegan afinadas. Entonces es una bendición andar con pistas”, expresó. 

El saxofonista se presenta en eventos de cualquier tipo, como bodas, comuniones, despedidas y XV años, en los cuales toca con su saxofón cualquier tipo de música. No se encasilla en un género. Disfruta todos. Su catálogo cuenta con más de 4 mil piezas musicales.

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