Mauricio González Puente en La Angostura, la memoria de la gran batalla

enero 12, 2024
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Por Dorian Arrzúa

Más allá de la práctica legal, por cuya trayectoria se le conoce, Mauricio González Puente ha destinado su retiro a la preservación del pasado, en concreto, con la preservación de la memoria sobre la Batalla de La Angostura.

Hace 167 años, al sur de Saltillo, una batalla de enormes proporciones enfrentó a los ejércitos de México y Estados Unidos, el primero, en defensa de la soberanía y el territorio; el segundo, en franca invasión imperialista. Claro está que del lado mexicano el papel de los soldados de la época fue heroico.

La Batalla de la Angostura es uno de esos episodios que aun abren la polémica entre historiadores y aficionados ¿quién ganó y quién perdió? ¿Por qué se retiró Antonio López de Santa Anna? ¿Las tropas de Zachary Taylor estaban vencidas o su disolución fue para reagruparse con Winfield Scott en la segunda oleada invasora? Y si Santa Anna no hubiera ordenado el retiro y hubiera logrado aplastar al general Taylor, ¿habría llegado éste a la Presidencia de Estados Unidos dos años más tarde? 

La discusión sobre estas dudas, así como los intentos de reconstruir en maquetas la batalla, reúne desde hace años a un grupo de ciudadanos que ha recopilado vestigios del enfrentamiento en una vieja casa ubicada en la esquina de De la Fuente y Arteaga, dentro de la Plaza Coahuila: el Museo de la Batalla de La Angostura.

El lugar, con una serie de intervenciones murales, se erige como un reconocimiento a los soldados que sacrificaron sus vidas en aras de la soberanía nacional durante la invasión estadounidense. 

Mauricio González Puente preside el patronato. Junto con un dedicado equipo de 20 colaboradores, ha trabajado con sus propios recursos para fortalecer y obtener aprecio por este museo.

El Patronato, bajo la guía de Mauricio, ha desempeñado un papel crucial en la obtención y entrega de artefactos históricos: rifles y balas, uniformes, instrumentos de cálculo y utensilios para los comestibles, todos provenientes de la histórica batalla que se han ido acumulando en las tres salas del museo. 

Los visitantes son recibidos por una colección que incluye banderas, fotografías tempranas de guerra, litografías y una extensa biblioteca con más de 700 libros dedicados a la batalla de 1847 en Saltillo. 

Exhibiciones destacadas incluyen el «Árbol de la Paz», plantado con tierra de varios países; un obelisco que simboliza el epicentro de la batalla; y el recién inaugurado «Muro de Honor» con los nombres de los 24 generales que lideraron al Ejército Mexicano.

El museo y el patronato no tienen presupuesto público. Es un esfuerzo ciudadano que durante más de 15 años ha llevado a cabo en febrero un evento anual conmemorando la Batalla de La Angostura. Este evento cuenta ahí sí, con la participación activa del municipio, el gobierno estatal y, en gran medida, de la Secretaría de la Defensa Nacional, dada la importancia militar de la ocasión.

Mauricio, lejos de conformarse con simplemente preservar la historia, ha contribuido significativamente como autor. Su libro La historia gráfica de la Bandera Nacional y de los símbolos patrios destaca como una adición única a la bibliografía sobre el tema. 

Cubre desde los parasoles de los mexicas hasta las banderas con el estandarte de la Virgen de Guadalupe de Don Miguel Hidalgo; la obra es un viaje completo a través de la evolución de los símbolos patrios.

El propio edificio del museo ha sido sometido a una meticulosa restauración. Exhibe murales que representan la llegada de ambos ejércitos. Un mural planificado en el lado este ilustra la vida en Saltillo durante esa época. 

Uniformes de los ejércitos estadounidenses y mexicanos, fotografías de los comandantes Antonio López de Santana y Zachary Taylor; botones, monturas de caballos y una detallada maqueta enriquecen la exhibición.

Además, el museo alberga diversos eventos a lo largo del año: charlas, conferencias, bailes, expresiones artísticas, cursos de pintura para niños, presentaciones y lecturas de cuentos y leyendas, teatro… Incluso, cada noviembre se exhibe un cautivador altar de Día de Muertos,

Mauricio González Puente enfatiza que su pasión por la historia es una herencia familiar, ya que su padre, un coronel y médico militar, le inculcó un profundo aprecio por los sacrificios realizados por quienes lucharon en la Batalla de La Angostura.

Para González Puente, la misión va más allá de la mera preservación; se trata de crear un refugio para los curiosos y los jóvenes. Su visión es cultivar el pensamiento independiente, el amor por la historia y un sentido de responsabilidad hacia el país, la familia y los amigos. 

A través de las lecciones de la historia, Mauricio cree que podemos inspirar a las futuras generaciones a sostener valores e ideales que trascienden la raza, la religión o la nacionalidad, lecciones que la historia, cuando se estudia y comprende, imparte.

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