Seguidores de las corcholatas pagan 2.3 mdp por promoción en redes

Simpatizantes de las llamadas corcholatas contrataron anuncios para promocionar a sus aspirantes en Facebook e Instagram y el monto asciende a 2.3 mdp.

Lo anterior solo en los primeros  20 días de la contienda interna por la candidatura presidencial de Morena, y a través de 150 páginas de seguidores o fan page en el caso de Facebook.

Las excepciones son Gerardo Fernández Noroña (PT), quien no tiene páginas de seguidores en la red social de Mark Zuckerberg, y Ricardo Monreal, el único aspirante que ha costeado sus anuncios en FB e Instagram, con su propio nombre.

La exjefa del gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, es la que más páginas a su favor acumula: al menos 57, con un gasto en anuncios de 890 mil pesos. Claudia Va, #EsCLaudia y Veracruz con Claudia son algunos de los fans que más han invertido en la presidenciable.

Le sigue Adán Augusto López, exsecretario de Gobernación, promovido por al menos 30 páginas que han pagado 560 mil pesos en la contratación de anuncios.

El senador Manuel Velasco (PVEM) está en el tercer lugar de gasto por anuncios con 360 mil pesos, vía 21 fan page. Sus simpatizantes pagan los anuncios más caros, entre 900 y 25 mil pesos por pauta.

En contraste, los seguidores del excanciller Marcelo Ebrard desembolsan de 100 a 600 pesos por anuncio. El aspirante es promovido en al menos 42 páginas que han contratado mil 122 anuncios, con un costo total por 300 mil pesos.

El senador Monreal reporta en su página web un gasto de 206 mil pesos por la contratación de anuncios en FB e Instagram en los últimos 90 días, a diferencia de los promocionales de sus contrincantes que han sido pagados por simpatizantes a los que no es posible identificar de manera individual, aunque Meta exige a los contratantes acrediten su personalidad.

La publicidad de las corcholatas no nada más está de manera física (…) también, en redes sociales, ¿quién la paga?, preguntó este medio a Mario Delgado, presidente de Morena, durante su conferencia de ayer

Es justo el exhorto que estamos haciendo a nuestros compañeros aspirantes, a que haya un deslinde contundente de cualquier campaña dispendiosa, tanto pueden ser bardas, pueden ser espectaculares, pueden ser campañas en redes.

La carta que les voy a enviar el día de hoy (ayer) a los aspirantes es en respuesta a la petición que me hace Noroña y Ricardo Monreal respecto de que el partido debe tener una actuación ante este tipo de campañas dispendiosas.

Antes, adjudicó la colocación de espectaculares a los “quedabién”, a quienes definió como simpatizantes de alguna corcholata que pagan la publicidad, acción que acusó va en contra del acuerdo del Consejo Político Nacional de Morena que estableció la obligación de campañas austeras.

El origen del dinero para la promoción de las corcholatas en redes sociales no está claro, en parte por la falta de regulación en YouTube y TikTok, usadas también por los aspirantes. Google-México reconoció que a diferencia de países como Argentina, Brasil y EU, donde el gasto en publicidad política se reporta, aquí “esa información aún no se encuentra disponible”.

TikTok, por su parte, aseguró que “durante mucho tiempo ha prohibido la publicidad política, incluyendo tanto los anuncios pagados en la plataforma como los creadores a los que se les paga por hacer contenidos políticos”.

“TikTok no es un sitio de noticias de última hora, y no aceptamos anuncios políticos pagados, pero estamos comprometidos a luchar contra la difusión de información engañosa en la plataforma, especialmente temas relacionados a procesos electorales, incluyendo el apoyo a nuestros usuarios con estudios especializados e información de fuentes confiables sobre temas públicos importantes”, respondió la plataforma a este diario.

De acuerdo con Edgar Miguel Juárez, profesor e investigador en redes sociales de la UAM, las redes sociales como Facebook, Instagram y TikTok son los principales canales de participación política en el país, ya que su penetración se extiende mucho más allá de los vínculos sociales informales, llegando a lo más profundo de la esfera pública para conectar digitalmente a votantes y políticos.

En el mejor de los casos, dijo, las redes sociales nivelan el campo de juego político, permitiendo que un mayor número de candidatos tenga voz, recaude fondos y movilice el apoyo político. Pero en el peor de los casos, las redes sociales permiten la difusión de información falsa y alimentan el discurso incivil, engendrando cinismo y desconfianza en el electorado. / Con información de Fernando Merino.

EL SOL DE MÉXICO

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