López Obrador en el escenario internacional

abril 6, 2024
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Por Arturo Rodríguez García

La irrupción de la policía ecuatoriana en la Embajada de México así como la agresión al personal diplomático es una abominación. Ni siquiera las dictaduras más violentas ni las monarquías más rancias, se han atrevido a perpetrar como ayer lo hizo el presidente ecuatoriano Daniel Noboa.

El episodio es tan inadmisible que hasta la oposición mexicana condenó los hechos la misma noche del viernes, aunque en no pocos casos con mezquindad respecto al jefe de Estado Mexicano quien a través de la cancillería de Alicia Bárcena, ofreció asilo a un político, Jorge Glas Espinel, al que se persigue por vía judicial en Ecuador por presuntos actos de corrupción cometidos durante su paso por la vicepresidencia en el período de Rafael Correa. 

Reticente a los viajes internacionales y a participar en cumbres de líderes globales, el presidente Andrés Manuel López Obrador protagoniza un nuevo momento: desde el epicentro de la publicidad de su gobierno, “la mañanera”, el mandatario ha cobrado una relevancia especial en el último tramo de su mandato destacadamente para los países del sur.

Las posiciones del mandatario mexicano parecen encaminadas a asumir el liderazgo regional de las izquierdas con las que a lo largo del sexenio ha sido amable a costa de ciertas tensiones.

Entre los momentos que dejaron claro el trazo de su política exterior en el continente, acaso el del 10 de noviembre de 2019 sea indicativo como pocos, cuando una convulsión en Bolivia, resultó en el asilo a Evo Morales. Con 14 años en el poder, el veterano izquierdista había ido a elecciones por quinta ocasión, despertando el malestar por un presunto fraude electoral que la Organización de Estados Americanos observó.

López Obrador dio asilo a Evo, advirtiendo del riesgo de muerte tanto por la inquietud ciudadana como por un sector del ejército. El momento fue un punto de inflexión también en la relación del presidente López Obrador con la OEA, a la que luego planteó desaparecer por su histórico “intervencionismo”.

Una situación menos tensa pero reivindicatoria de su postura ocurrió en mayo de 2022, cuando el presidente mexicano condicionó su asistencia a la Cumbre de las Américas a celebrarse en junio de ese año en Los Ángeles, California. Por entonces, la relación con Estados Unidos era inquietante por la política migratoria y la diplomacia tradicional esperaba un gesto de cortesía, pero la posición de López Obrador fue no asistir si no eran convocados los presidentes de Cuba, Venezuela y Nicaragua, cuyo reconocimiento ha sido escamoteado por la potencia del norte.

Siguió la tensión con Perú, donde en diciembre de 2022, se dio la destitución del presidente Pedro Castillo, lo que el presidente de México consideró injusto para luego acusar el dominio de una oligarquía conservadora y racista en ese país. El gobierno peruano lo declaró persona non grata.

Las tensiones con Ecuador de estos días se inscriben en esa misma definición, pues el asilo político para Jorge Glas Espinel, es un acto solidario con un político de izquierda.

El momento de mayor rispidez de estos días planteaba por el lado del Estado Mexicano la consideración de que el derecho de asilo es sagrado y la tradición diplomática mexicana suele reivindicarlo; del otro lado, se acusaba intervencionismo de México en Ecuador. Hoy la situación es otra:  hay un rompimiento de las relaciones diplomáticas por la violación de la Convención de Viena.

Esa tensión es la más reciente del último año, en el que se han registrado cruces declarativos con el salvadoreño Nayib Bukele, desde mayo de 2023, mes en el que también el presidente López Obrador empezó a ser reiterativo respecto al expresidente peruano. Para diciembre pasado, ese tipo de cruces se radicalizaron con el argentino Javier Milei.

Un último año sugiere, cuando menos, un incremento en el activismo de López Obrador para América Latina que, en principio, puede verse como una conducta congruente con su política exterior pero también como una preparación hacia noviembre de este año.

Aunque sea a Morelos

Morena ha enfocado sus baterías Morelos, que comienza a proyectarse foco rojo. Ayer enviaron como coordinador de campaña al exsecretario de Gobernación y exaspirante presidencial, Adán Augusto López Hernández. 

No es para menos. Las encuestas mas conservadores registran una caída de cuando menos nueve puntos y un crecimiento de ocho puntos para la candidata opositora Lucy Meza, a quien en noviembre, siendo militante de Morena, la cúpula del partido no quiso encuestar cuando la ventaja de la 4T parecía infranqueable. Meza regresó al PRD y se hizo abanderada del Frente.

El exaspirante presidencial que quedó en cuarto puesto de conocimiento entre “las corcholatas” llega a encarar los saldos del mal gobierno de Cuauhtémoc Blanco –el gobernador peor calificado entre sus pares en el país — y el aparente miedo ciudadano a que Margarita González Saravia, la abanderada morenista, represente una continuidad.

Del asunto se desprenden varias lecturas, una de estas es que la ventaja que Morena tenía para ganar Morelos cambió tan radicalmente –esta es la otra– como la suerte de Adán Augusto quien pasó de algún día ser presidenciable a tener que operar una campaña que a esta alturas ya nadie del claudismo quiere realizar.

Oídos sordos en el INE

Oídos sordos ha prestado el Consejo General del INE de Guadalupe Taddei a la exigencia de la consejera Dania Ravel, quien en su calidad de presidenta de la comisión de relación con los organismos electorales estatales, urgió el pasado 27 de marzo que se atiendan los procedimientos de remoción de consejeros estatales.

No es para menos pues hay 12 casos de presunta irregularidad grave que implican a consejeros estatales, entre estos varios presidentes. Un botón de muestra es el presidente del Instituto Electoral de Coahuila, Rodrigo Germán Paredes Lozano, con dos procedimientos en curso en el INE.

El consejero en Coahuila ha sido expuesto por diferentes conductas anómalas y su conflictividad lo ha llevado a pelearse con la mayoría de sus pares, ser objeto de denuncias graves de los partidos como el PT y, un afán litigioso poco común por los 14 litigios que tiene abiertos tanto en materia familiar y administrativa como civil y penal, o el absurdo: litiga por la vía laboral contra el propio INE que lo sostiene en el cargo, y lo hizo con personal jurídico del ople.

Frente a la exigencia de la consejera Ravel, se opone un muro de pasividad premeditada que se funda en la idea de “cuidar los procesos electorales” y “no manchar a la institución”, cuando precisamente eso es lo que está en riesgo dada la gravedad de las acusaciones contra consejeros de los oples.

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