Primera Columna

diciembre 23, 2021
1 min de lectura

Desde las primeras revelaciones del Citizen Lab, de la Universidad de Toronto, hace ya casi una década, hubo una certeza: toda aquella persona de interés público es objeto de espionaje. Seguiría el software Pegasus (del que personalmente fui objeto), Cisco y otros tantos que seguro operan pero la mayoría desconocemos.

Incontenible la práctica, deleznable. Sin embargo, la difusión de conversaciones privadas en los últimos tres meses nos ha llevado a tener un registro sonoro de la descomposición política con el caso más reciente de Alejandro Moreno Cárdenas, el dirigente nacional del PRI.

Deja una respuesta

Your email address will not be published.

Síguenos en

Versión impresa

Don't Miss