Martha Matamoros, lecciones de vida a través del teatro

agosto 25, 2023
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Por Mariana Santos 

La casa de Bernarda Alba es una obra teatral del poeta español Federico García Lorca, en la cual se relata la vida de Bernarda y sus hijas en un contexto de represión social. 

En esta historia se encuentra Martirio –la cuarta hija de la protagonista–, quien padece una enfermedad, y un amor imposible con Pepe el Romano, agricultor y propietario militante del derechista Partido Acción Popular.

En 1992 Martha Matamoros formó parte de esta obra, fue su primera aparición en los escenarios en la cual interpretó a Martirio. La actriz se inició en el Teatro Universitario y de ahí formó parte de la puesta en escena La Casa de Bernarda Alba.

Su interés por el escenario nació de la lectura, pues sus tíos contaban con una gran variedad de libros de cualquier tema y ella devoraba cada uno de esos ejemplares. El cine también influyó para que Martha tuviera la iniciativa de actuar. 

A más de 30 años de su debut, Matamoros considera que su pasión por el histrionismo fue también parte de la curiosidad, pues en su núcleo familiar nadie tuvo interés por algún tipo de arte en especial; es más, lo más cercano era la música que su padre consumía en los discos que compraba. 

Historia suigéneris, Martha Matamoros estudió contaduría pública en la Facultad de Ciencias de la Administración de la Universidad Autónoma de Coahuila. Fue cuando finalizaba sus estudios que participó en diversas obras en el Teatro Universitario. 

En 2002 tomó un diplomado en la Casa del Teatro y continuamente realiza cursos en la Secretaría de Cultura del Estado o en el Instituto Municipal de Cultura de Saltillo. En sus inicios la actriz trabajó con directores coahuilenses como Chuy Valdez, Alejandro Esparza y Javier Treviño.

Los nervios, el impulso 

Matamoros confiesa que nunca ha dejado de tener nervios, y eso no necesariamente es negativo porque “yo creo que cuando dejes de sentir nervios mejor ya dedícate a otra cosa. 

“Los nervios siempre los tienes y, sobre todo, cuando vas a entrar a función; es así como querer salir corriendo y pensar ‘qué estoy haciendo aquí’”. 

El Encuentro en el parque peligroso, del director Juan Antonio Villarreal, es la obra teatral que Matamoros más recuerda, pues la esencia de la historia es diferente porque trata de un ángel dedicado a aplicar la eutanasia a personas que ya no quieren vivir; y ella tuvo la fortuna de interpretar ese personaje alado.

Recuerda que para esta obra teatral se tenía un escenario en forma de pasarela en el cual el público podía observar a detalle cada personaje y cada escena. Matamoros ubica esta puesta como una de sus favoritas por su clara identificación con el personaje. De hecho, agrega que los personajes de su trayectoria “me han servido para aprender cosas sobre mí que, a lo mejor, pues en la vida real no te das cuenta”. 

Como si fuera una mala broma, Martha Matamoros confiesa que se le dificulta hacer reír. Para ella no es tan sencillo desarrollar la comedia porque a los personajes de este género “les pasan muchas cosas en tan poco tiempo”, y siempre cabe la posibilidad que para lo que el público es gracioso para el actor no. 

Por eso Matamoros prefiere el drama, ahí es donde se siente a sus anchas para desarrollar sus capacidades histriónicas, pues le gusta expresarse en un ritmo más tranquilo y menos preciso de realizar. 

Otro reto en la carrera de la saltillense han sido los monólogos. A propósito de ello recordó una anécdota: “El día del estreno yo estaba tirada en un sofá, llorando de nervios, y me acuerdo que el director me decía: ‘Si quieres, la cancelamos’, y yo lloraba más… Pero ya después de esa experiencia le fui agarrando gusto a los monólogos”, donde el actor carga con toda la responsabilidad para mantener un ritmo y conectar con el público.

Durante su ascenso como actriz, Matamoros ha trabajado con diversas compañías, como Luz del Norte, Asociación Coahuilense de Teatristas y La Estufa de Jesús Valdés. 

En 2018 ella fundó su propia compañía de teatro “Origen Teatro”, en la cual debutó con la obra La delgada línea, escrita y dirigida por ella misma. Pero esa no fue la primera obra que dirigió, en 2002 guió Light, de Jorge Celaya. 

Temas complicados

La delgada línea representó un reto especial para Martha Matamoros porque la historia habla sobre el suicidio, un tema delicado que la propia actriz y directora sufrió con una amistad. 

“Escribir tiene mucho rigor; a lo mejor muchos escribimos y vaciamos nuestras ideas en diarios, poemas y cuentos, pero la dramaturgia es algo muy especial porque es algo que se escribe para alguien más”. 

Su compañía también realizó obras como Roma, la cual ha tenido funciones en varios estados de la República y en septiembre la presentarán en Chihuahua. Las criadas, de Jean Genet, dirigida por ella misma, ganó este año el Premio a Mejor Montaje y Dirección en el Festival Municipal de Teatro. 

Como directora, para buscar al intérprete perfecto de algún personaje, se basa en las características de actores o actrices con los cuales ha trabajado. Pese a esa aventura en la dirección, Matamoros prefiere la actuación.

“La magia del teatro es que todo es en vivo; cada función es diferente porque cada público es diferente; cada energía es diferente”, finalizó la actriz.

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