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Este fin de semana, los estados al norte de México registraron temperaturas de menos de 0 grados centígrados. Mientras miles de personas se refugian en sus hogares, cientos de migrantes (hombres, mujeres, niñas, niños y adolescentes) permanecen a la intemperie en espera de que las autoridades norteamericanas les permitan cruzar a Estados Unidos.
Desde marzo de 2020, los cruces migratorios entre la frontera de México y Estados Unidos han estado restringidos por el Título 42. Esta medida impide que muchas personas ingresen al territorio estadounidense por el supuesto riesgo de transmisión de Covid-19. Esto ha dejado a miles de personas en situación de movilidad sin la posibilidad de solicitar asilo o protección en el país norteamericano.
Se había previsto que el Título 42 quedara suspendido el pasado 21 de diciembre, pero esto aún no ha sucedido. Y es precisamente esto lo que ha hecho que muchas personas migrantes permanezcan en la frontera norte de México pese a las bajas temperaturas: la esperanza de poder ingresar a suelo estadounidense en cuanto la medida se revoque.
Migrantes, entre albergues saturados e hipotermia
Este fin de semana, lugares como Ciudad Juárez (en Chihuahua) y Matamoros (en Tamaulipas) registraron temperaturas de entre -8 y 6 grados centígrados.
Imágenes de fuentes congeladas y bosques nevados dejaron ver la intensidad del frío que azota al norte de México. Por otra parte, fotografías de migrantes intentando protegerse con mantas y gorros alrededor de fogatas improvisadas mostraron solo un poco de la situación que están enfrentando miles de personas varadas en las fronteras.
Muchas de estas personas (entre quienes se encuentran niñas y niños, así como mujeres embarazadas) han acudido a diferentes albergues en las entidades. No obstante, por lo menos en Ciudad Juárez, gran parte de estos espacios se encuentran al máximo de su capacidad y trabajan con recursos básicos limitados. Esto ha provocado la habilitación de otros espacios como refugios temporales, entre ellos la Iglesia Sagrado Corazón.
De acuerdo con el alcalde de Ciudad Juárez, Cruz Pérez Cuéllar, actualmente hay cerca de 20 mil migrantes en dicho territorio. La Patrulla Fronteriza permitió la entrada de 300 de ellos a El Paso este 24 de diciembre para protegerlos del frío, pero los demás siguen en un mayor estado de vulnerabilidad.
Por otra parte, la Asociación Ayúdalos a Triunfar calcula que hay otras 10 mil personas migrantes en Matamoros, Tamaulipas. Algunas de ellas fueron ubicadas en albergues temporales o permanentes ante las bajas temperaturas y por lo menos una presentó síntomas graves de hipertermia, pero otras se han negado a dejar sus campamentos a la intemperie en esperas de nuevas noticias sobre la revocación del Título 42.
Pero la saturación de los albergues no es el único problema al que se enfrentan las personas en situación de movilidad. Además de quienes ya se encuentran en la frontera, hay quienes continúan llegando al norte de México y se arriesgan a cruzar el Río Bravo pese a la temperatura gélida del agua. Por otro lado, las personas que han sido deportadas de Estados Unidos se enfrentan a dos posibilidades: permanecer en la franja fronteriza en busca de otra oportunidad o cruzar de vuelta, aún cuando eso implica nadar entre las aguas heladas del río.
El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS, por sus siglas en inglés) ha lanzado advertencias acerca del riesgo de intentar cruzar al país en medio de esta oleada de frío. La Patrulla Fronteriza, por su parte, ha registrado hasta mil 500 detenciones por día de personas migrantes indocumentadas.
Mientras las políticas migratorias sigan sin aclararse, estas cifras (es decir, las detenciones pero también la saturación de albergues y la cantidad de migrantes varados) seguirán aumentando a pesar de la nieve y los frentes fríos.
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