Ramiro Hernández y su infinita curiosidad

Por Mariana Santos 

El universo es un “mundo” por explorar: planetas, estrellas, cometas, el sol y la luna son observados por Ramiro Hernández Banda a través de telescopios creados por su ingenio. 

Ramiro Hernández nació en Saltillo y en 1976 partió a Monterrey para estudiar Ciencias Físicas en el Tecnológico de Monterrey. Cuenta con una maestría en Ciencias de Materiales y un doctorado en Ingeniería en Materiales. 

Seleccionó la carrera de Ciencias Físicas porque está relacionada con la astronomía, específicamente con la óptica, especialidad que estudia las propiedades de los lentes y los espejos que se implementan en los telescopios. 

“LUNA LUNERA, CASCABELERA…”

Cuando Ramiro tenía 20 años, la luna le provocaba una curiosidad mayúscula: quería verla de cerca, atisbar sus cráteres. Necesitaba un telescopio, pero no contaba con recursos para comprar uno. Era estudiante. Apoyándose en libros –y tiempo después en internet— aprendió a construirlos. 

Su primera creación fue un “Dobsoniano”, que cuenta con una estructura muy sencilla: dos espejos, uno cóncavo en forma de esfera que tiene la función de recibir los rayos del sol, y el segundo más pequeño llamado “secundario”. 

Ahora Ramiro se apoya en un software especializado para crear sus telescopios. Dice que con él es más sencillo sacar cálculos que anteriormente eran manuales y 

complicados. Le ayudan además en el proceso de pulir y afinar los lentes o espejos. Optimizar los diseños es lo que más le gusta. Y expresa que para él es más cómodo crear sus telescopios que adquirir los aparatos comerciales. Estos tienen lentes de plástico que con la temperatura van cambiando de forma y las imágenes se van degradando.

LOS ANILLOS DE SATURNO

El primer telescopio lo creó Galileo Galilei hace más de 400 años. Se basó en la idea de un optometrista holandés que hacía lentes para la debilidad visual. De ahí Galilei tomó un lente de gran distancia focal que lo combinó con uno de pequeña distancia. Tiempo después llegó el icónico físico Isaac Newton, cuyo invento, el espejo “newtoniano”, revolucionó la óptica.

Ramiro Hernández fue maestro del Tec de Monterrey durante casi 40 años. Enseñaba poco sobre la óptica, por lo que comenzó a montar exposiciones. Luego fue fundador de la Asociación Astronómica de Saltillo donde divulga la ciencia de la astronomía y el uso de los telescopios. El físico también vende sus creaciones bajo pedido. 

Júpiter y sus lunas son lo más increíble que Ramiro ha visto a través del telescopio. Los percibe como un pequeño sistema solar. Le impresionan igualmente los anillos de Saturno, particularmente cuando observa la separación de los anillos con el sexto planeta. La luna en cuarto creciente es lo que más mira. Es cuando más se ven los planetas en comparación con la luna llena por el hecho de que es plana y “no hay mucho que ver”, comenta. 

El físico Ramiro Hernández observa el universo por la curiosidad que siempre ha tenido hacia éste. “La curiosidad siempre de ver qué hay más allá de lo que mis ojos a simple vista pueden ver”, dice.

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