Diego Almaguer, una joven vida como un lienzo

febrero 23, 2024
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Por Dorian Arrzúa

Inspirado en José Guadalupe Posada, Diego Manuel López Almaguer es un joven de 22 años que busca destacar en la plástica mexicana. 

Diago Almaguer –como es conocido en el círculo cultural donde se mueve– es semilla de la Escuela de Artes Plásticas perteneciente a la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC).

Para este saltillense su pasión por la pintura es la evolución de un gusto que adquirió desde niño, cuando descubrió cómo plasmar sus primeros trazos en papel, para después dar rienda suelta a la creación de mundos e historias en dibujo. 

Entre más madura su estilo, Almaguer más se ha visto atraído por las diversas formas en las que se puede plasmar cualquier emoción, idea u opinión en un lienzo. La pintura, el collage y demás técnicas lo han impulsado a investigar sobre el arte, sus diferentes corrientes y autores.

Es así como regresamos con Posada como la inspiración de Almaguer. Atraído por el trabajo del grabador, ilustrador y caricaturista de Aguascalientes, el saltillense también maneja diferentes estilos, además de la pintura: tinta, grafito, acuarela, garabatos y marcador; también realiza distintas obras en collage donde plasma su visión de diferentes acontecimientos o realidades de la vida diaria, como en A la educación privilegiada y en Esta tos que no se quita.

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Pese a su joven carrera como artista profesional –hace dos años de ello–, Diego Almaguer explica que se ve reflejado en Posada debido a que ambos comparten el interés por la muerte y el Día de Muertos y todo lo que rodea a esta importante celebración mexicana, como los colores, las decoraciones, las catrinas y calacas.

Así, Almaguer adoptó esa iconografía como tema principal en su obra, el del arte funerario, el uso de esqueletos, calaveras y catrinas. La muerte, pese a ser temida para Diego, le resulta inspiradora. 

Aunque Diego aclara: “No retrato a la muerte como algo oscuro y depresivo”, por el contrario, los colores brillantes siempre la acompañan: tonos rosas, amarillos, rojos, morados… 

Adorna sus obras con pequeños escritos de poesía de su autoría para complementar el mensaje que busca transmitir; con la muerte, por ejemplo, busca darle un sentido reflexivo y filosófico, no solamente depresivo o divertido. 

También comparte su afición por los payasos y los retrata en muchas de sus obras; lo mismo ocurre con la animación pintando cuadros sobre sus personajes favoritos.

Los cuadros de Almaguer han sido expuestos en diferentes foros de Saltillo, como la Calaca Café, un restaurante famoso en la ciudad por apoyar a artistas independientes, y El Chante, bazar donde diferentes artistas presentan sus obras.

El llamado

Almaguer también habla del papel destacado que juega la familia en su proyecto artístico. Los integrantes de ella han sido pilares que lo sostienen para perseguir un lugar destacado en la plástica local, pese a las vicisitudes propias del circuito tan cerrado en el que se desenvuelve.

Como la vida misma, sus creaciones reflejan la evolución de su trazo mediante el ensayo y error con diversos estilos e ideas que poco a poco le dan forma a un lienzo en blanco.

¿A dónde va Diego Almaguer? Va en camino a encontrar nuevos lugares donde exponer su trabajo y busca participar en concursos –y ganarlos–.

Como un último pincelazo: Diego llama a la sociedad a apoyar el arte local, pues Saltillo está lleno de artistas, considera. 

También hace un llamado a quienes tienen la curiosidad de incursionar en las artes plásticas, a ellos les pide no quedarse en los deseos y enfrentarse a un lienzo, a crear… 

“El arte es una aventura, no se queden pensándolo, solamente háganlo”.

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