Peligro letal… por orden de la CFE

marzo 6, 2024
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Por Arturo Rodríguez García

El rescate de los restos humanos de la mina Pasta de Conchos, prometido por el presidente Andrés Manuel López Obrador, ha derivado en un desastre: negocios al amparo del poder, desistimiento de la empresa contratada, nulo avance y, finalmente, una propuesta de solución sin sustento técnico, realizada sobre las rodillas.

El pasado 19 de febrero se cumplieron 18 años del siniestro que marcó la vida de 65 familias cuyos varones estaban dedicados a la minería del carbón y desde aquel lejano 2006 a la fecha no hay respuestas a la exigencia central de los deudos: el rescate de los cuerpos que, conforme al compromiso presidencial, debía resolverse en abril del año pasado.

El 1 de mayo de 2019, en el contexto de la celebración del Día del Trabajo, el presidente López Obrador se comprometió a realizar el rescate y anunció una serie de estudios que determinarían la viabilidad de los trabajos de recuperación.

Fue hasta noviembre de 2020 cuando el mandatario anunció que había un plan. Este consistía en realizar excavaciones, extraer el carbón mineral existente en el yacimiento y avanzar hacia el lugar donde se supone que estaban los restos de los trabajadores. El megaproyecto se financiaría con el carbón que se sustrajera. Para logarlo designó a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y directamente a su titular, Manuel Bartlett Díaz.

La actuación de Bartlett fue errática desde un principio. No sólo desoyó a expertos independientes y a familias de los deudos, sino que otorgó el contrato principal para el rescate a dos firmas propiedad de Olegario Vázquez Raña:  Proacon y Desarrollo de Terracerías, ambas filiales de Prodemex, la constructora especializada en infraestructura del grupo de Vázquez Raña, el cual es uno de los más poderosos de México no sólo en construcción, también en medios de comunicación, hospitales, hotelería y banca.

El fracaso de la obra

Desde un principio, Cristina Auerbach Benavides, defensora de derechos humanos que coordina al colectivo Familia de Pasta de Conchos, advirtió que las firmas mencionadas carecían de experiencia en minería de carbón y que si bien había construido túneles de uso hidráulico, la especialización de la obra que se planteaba la CFE era muy diferente.

Sin embargo, el contrato se concretó vía adjudicación directa. También se concretó el aviso de Auerbach pues para diciembre de 2022, el retraso en pagos a trabajadores, la desmovilización de maquinaria e inclusive el retiro de ésta, advertían lo que finalmente ocurrió: Proacon y Desarrollo de Terracerías, abandonaron el proyecto y la CFE rescindió los contratos, lo mismo que a Kya, una firma que también incumplió con lo pactado.

Hasta noviembre de 2022, el avance de la obra era de 7%. El 12 de abril de 2023 la CFE asignó el contrato a la empresa Obras Mineras y Tiros del Centro. Para entonces, la organización Familia de Pasta de Conchos había insistido en que fuera una empresa especializada en minería la que se encargara de los trabajos,  por lo que ante el anuncio de la adjudicación expresaron: “perdimos años por su inexperiencia”.

Kya resultó recontratada por recomendación de la CFE que ha mostrado un abierto favoritismo.

“A la empresa KYA, a quien la CFE metió de nuevo al rescate en Pasta de Conchos, ya se le había cancelado el contrato CFE-0035-ADCON-0002-2022 por incumplimiento. Esa empresa nunca tuvo minas ni ha hecho rescates. Manuel Bartlett debe de retirarla de manera inmediata y definitiva”, posteó la Familia de Pasta de Conchos el pasado 19 de febrero en el contexto del décimo octavo aniversario de los hechos.

Desde el anuncio de noviembre de 2021, el presidente López Obrador había prometido que regresaría cada seis meses, pero no fue así. Lo hizo hasta el pasado mes de enero cuando, ante el nulo avance, los deudos de los mineros, en voz de Elvira Martínez, viuda del minero Jorge Vladimir Muñoz, le plantearon al mandatario que implementara medidas para que el proyecto continuara de manera transexenal.

Paradójicamente, el presidente López Obrador, enemigo de los fideicomisos, ofreció crear uno y emitir un decreto, aunque siempre convencido de que los trabajos se lograrían resolver antes de concluir su mandato.

El peligro latente

Desde el inicio de los trabajos la siniestralidad ha sido alta para el tipo de trabajo que se realiza. Oficialmente, se han reconocido tres accidentes que han tenido como saldo cuatro trabajadores lesionados.

El siniestro más reciente ocurrió el pasado 12 de noviembre cuando dos trabajadores resultaron heridos de gravedad por el desprendimiento de rocas mientras maniobraban en el túnel de ventilación.

A siete meses de concluir la administración lopezobradorista, la presión sobre los contratistas por parte de la CFE es intensa, de acuerdo con técnicos consultados por El Coahuilense

La razón es que, aun cuando saben que no podrán lograr el rescate en el período planteado, se proponen que el presidente pueda ofrecer algún avance debido a la reiteración de sus promesas al respecto.

Sin embargo, la premura se ha convertido en un riesgo. Las decisiones tomadas por los ingenieros de la CFE e instruidas a la contratista modifican el proyecto de recuperación de los cuerpos pues elimina las salidas de emergencia para los trabajadores que laboran en dicho rescate.

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Que la contratista haya aceptado es inusual, lo mismo que lo haya aceptado el personal de la Inspección Federal del Trabajo que se encuentra en el lugar.

De acuerdo con la Organización Familia de Pasta de Conchos, el pasado 20 de febrero la CFE les presentó las modificaciones que hicieron al proyecto original para rescatar a los 63 mineros que quedaron atrapados en la mina y al respecto, expusieron:

“La nueva propuesta es inaceptable, porque las lumbreras no tienen salida de emergencia. Nada justifica que CFE esté realizando modificaciones de forma arbitraria que ponen en riesgo la vida de los trabajadores, por lo que hemos solicitado a la STPS que se aplique la NOM-032-STPS-2008 para minas subterráneas de carbón que obliga a tener salidas de emergencia. 

“Es inaceptable que pretendan hacer el rescate de Pasta de Conchos utilizando cañones ciegos (sin salida de emergencia) de la misma manera que operaba El Pinabete”, consideraron en un comunicado emitido el 27 de febrero.

La mina El Pinabete operaba precisamente sin salidas de emergencia, lo que devino en la imposibilidad de salvar a diez trabajadores el 3 de agosto de 2022. Por cierto, en ese lugar los trabajos de recuperación de cuerpos están parados por fallas en el plan de ingeniería.

“Si queremos el rescate, pero no poniendo en riesgo la vida de los trabajadores y rescatistas por decisiones arbitrarias y sin fundamento técnico de la CFE”, añadió la Familia de Pasta de Conchos en relación a la modificación del plan.

El asunto le fue comunicado al subsecretario del Trabajo, Julio Sánchez, quien hasta el cierre de esta edición no había dado respuesta.

La postura está en la misma línea de exigencia que la Familia de Pasta de Conchos ha mantenido desde 2006 y es que, además de justicia, se garanticen medidas para que un siniestro como el de Pasta de Conchos no vuelva a ocurrir. Lo anterior, con la suma de más de 200 trabajadores que han perdido la vida en las minas de carbón de Coahuila.

El pasado 19 de febrero, durante el acto conmemorativo por los 18 años y la jornada de protesta que realizan las familias de deudos, Elvira Martínez dijo: “Es mucho tiempo el que llevamos luchando por la recuperación de nuestros familiares. Durante todo este tiempo sólo hemos pedido el rescate, verdad, justicia y medidas que garanticen la no repetición”.

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