“Mujer antes que trans”

marzo 9, 2024
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Por Ana Castañuela 

A sus 26 años la activista social y psicóloga saltillense Rami K. Mejía Cruz es la primera mujer transgénero en ocupar un puesto público en el gobierno del estado de Coahuila.

Rami Mejía recuerda que su pasión por ayudar a otros surgió a los 13 años, cuando entró a la secundaria técnica Margarita Maza de Juárez, pues, sin razón aparente, sus compañeros de clase siempre acudían a ella para pedirle todo tipo de consejos: desde cómo manejar rupturas amorosas hasta cómo afrontar problemas familiares. 

“La gente se me acercaba a pedirme consejos, no sé por qué, pero desde entonces me entraba mucha preocupación de cómo poder ayudar a las personas”, platica. 

Derivado de la necesidad de ayudar a los demás y luego de culminar sus estudios medios superiores, en 2014 ingresó a la Facultad de Psicología en la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC) con la esperanza de especializarse en psicología infantil, pues quería seguir el camino de su madre Dinora, quien era educadora de nivel preescolar. 

Ese fue su sueño hasta 2017, cuando se cambió a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y surgió su interés por el feminismo y la psicología social. 

Ella criticaba los movimientos sociales. Un joven con el que salió durante su estadía en la Ciudad de México la hizo “cuestionarse y reflexionar”. Gracias a ello cobró consciencia sobre diversas injusticias sociales y la violencia de género. 

“Mi movilidad a la UNAM es algo que yo sigo sin superar en el sentido de lo mucho que me impactó; el escuchar a la gente hablar de los movimientos sociales resonó en mí bastante (…) Dije no, o sea, adiós psicología infantil, hola psicología social y derechos humanos”, comparte Rami. 

“Tendedero de la violencia” 

Con una visión diferente respecto de los movimientos sociales, en 2018 Rami regresó de su segundo intercambio en la Universidad de Guadalajara a la Facultad de Psicología en Saltillo, influida por el feminismo y decidida a dar visibilidad a todo tipo de violencia dentro de las comunidades estudiantiles. 

Recuerda que una de sus primeras intervenciones la realizó junto con compañeras de la Facultad de Psicología. Escribieron en cientos de post-its relatos breves de situaciones de acoso contra las estudiantes, violencia de género y homofobia que se dieron dentro de diversas facultades de la UAdeC. 

Con mucha adrenalina y miedo, platica Rami, a las seis de la mañana del día que entraron los de nuevo ingreso a la Facultad de Psicología, las estudiantes pegaron los post-its con los relatos en las bancas de todos los salones de clases. 

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Derivado de los diversos casos de acoso y violencia de género dentro de la Facultad de las que Rami y sus amigas también fueron víctimas, en 2019 comenzó su tesis Tendedero de la violencia: análisis psicosocial de las vivencias de violencia de género. 

La idea nació de un proyecto en el que, en conjunto con compañeras de la facultad de Psicología y Derechos Humanos, se hizo una réplica y adaptación del Tendedero de Mónica Mayer, en el que más de 120 mujeres y hombres de la comunidad estudiantil expusieron sus relatos de violencia verbal y sexual. 

“De los 120 relatos, 63 fueron de violencia de género. Entonces analicé relato por relato; era muy cansado porque entre ellos estaban relatos míos y pues era revictimizarme”.

“Me supe mujer”

Rami comparte que durante su estadía en la Universidad de Guadalajara y gracias al feminismo y al análisis de sus experiencias de vida, comenzó con su transición “a pasos chiquitos”, cuando sus amigas comenzaron a llamarla “Rami”. 

En 2020 empezó a pedirle a familiares y conocidos que se dirigieran a ella como Rami, y fue hasta el 18 julio de 2021 que finalmente hizo el cambio legal de nombre. 

“Es extraño de explicar, pero soy mujer antes que trans. Y gracias al feminismo me supe mujer; ¿cómo es eso de “me supe mujer?, pues me di cuenta de que era mujer gracias al feminismo”. 

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Al principio “fue pesado”, pues sus padres comenzaron por cuestionarle todo: su vestimenta cuando utilizaba crop tops y minishorts, cuando se pintaba las uñas y cuando se delineaba los ojos. 

Por las diferencias y constantes discusiones, en 2021 Rami decidió alejarse de sus padres y se fue de la casa. Fue hasta 2022 que después de dar una terapia de comunicación asertiva con los padres en una consulta, a ella “le resonó”, y decidió volver a comunicarse con sus padres.  

“Fui a casa de mis papás y hablé con mi mamá y las dos nos pusimos a llorar, nos abrazamos”, platica. 

“Algo que me duele mucho” es que, derivado de las discusiones con su madre, no pudo pasar su cumpleaños número 24 con ella y “físicamente no la alcanzó a ver”, comenta. 

“A mi mamá le detectaron cáncer (…) Entró a terapia intensiva, y ella me decía ‘es que me voy a morir y no voy a alcanzar a verte, a ver cómo te cambia la cara, yo quiero ver a quién te vas a parecer’; y pues sí, físicamente no me alcanzó a ver”. 

Lo último que escuchó de su madre fue un “te amo” el día que fue a visitarla al hospital el 29 de mayo de 2022 para contarle que la endocrinóloga le dijo que podía iniciar su terapia de hormonas. 

“Le dije: ‘Acabo de salir de la endocrinóloga y me dijo que puedo empezar la terapia’. Me acuerdo que vi la pantalla y el corazón se le aceleró. Le pregunte: ‘¿estás emocionada?’, y me dijo que sí”.  

De su madre, Rami aprendió la empatía, generosidad, honestidad y a señalar las injusticias sin miedo a que “la gente se le vaya encima”. 

“En mi tesis está esta dedicatoria: ‘A mi mamá Dinora, la mujer más fuerte y resiliente que he conocido. La mujer que me enseñó a ser mujer’”.

El activismo

En 2019, a sus 21 años, Rami comenzó su activismo en favor de la comunidad LGBTQ+, como voluntaria en San Aelredo –organización civil que trabaja en favor de la población LGBTQ–, pues la encargada del Departamento de Psicología y Derechos Humanos de la facultad, Bere de la Peña, le recomendó integrarse a la asociación.  

Ahí conoció a Grecia, fundadora y en ese entonces presidenta de Arcoiris Juvenil Saltillo, un colectivo LGBT+ de jóvenes, al que posteriormente Rami se unió, pues ahí las personas “eran más de su edad”. 

“En San Aelredo las personas son de 35 años y más; entonces como que no me hallaba. Yo en ese entonces tenía 21, iba a cumplir 22 (…) Estaba empezando a transicionar, y por diferencias ideológicas con San Aelredo me fui de ahí”.  

En enero de 2020 Grecia desistió de la presidencia de Arcoiris Juvenil y pese a que Rami no estaba interesada en liderar, la nombraron presidenta. En diciembre de 2022 renunció, pero hasta la actualidad forma parte de la colectiva. 

Servidora pública

En agosto de 2020 y mediante San Aelredo, Rami entró como becaria a la Dirección para Promover la Igualdad y Prevenir la Discriminación en el Estado de Coahuila, mediante el programa Jóvenes Construyendo el Futuro.

Con el fin de crear y construir espacios libres de discriminación, dicha dependencia se dedica a dar ayuda psicológica y atención jurídica a víctimas de discriminación; además se ofrecen capacitaciones, pláticas y talleres a todo tipo de público: infancias, padres de familia, docentes y funcionarios públicos, entre otros. 

Su periodo como becaria terminó en julio de 2021, y fue hasta marzo de 2022 cuando Patricia Yeverino Mayola, titular de la Dirección para Promover la Igualdad y Prevenir la Discriminación, le pidió a Rami que regresara a la dependencia para contratarla, por lo que se convirtió en la primera mujer transgénero que trabaja en el gobierno estatal. 

“Yo no me considero pionera”, dijo Rami, pues es algo que “eventualmente iba a pasar”, y tarde o temprano tenía que llegar a la sociedad. 

Eso sí, para Rami este puesto conlleva una gran responsabilidad, pues reconoce que ella tiene un impacto social, y su trabajo requiere de gran dedicación. 

“Lo he observado. Muchas mujeres se me acercan para decirme: ‘Es que yo quisiera ser así de valiente que tú, así de fuerte que tú, quisiera hacer las cosas como tú las haces’. Sí he recibido muchos comentarios, y luego a veces me cae el veinte de que, pues sí, muchas veces las cosas que hago tienen un impacto”, comenta.

Un cambio radical 

Rami explica que el cambio que ha tenido la sociedad coahuilense en los últimos años es radical y veloz, y cada vez son más las mujeres que se concentran en las marchas del 8M.

No sólo son las mujeres; las infancias y las adolescencias también han cambiado, lo que a su vez genera un impacto en los padres de familia. 

“Todo esto es un proceso, y todo proceso tiene su tiempo; ningún proceso es lineal siempre”, explica Rami.

Expresa que, como mujer, lo que más le empodera es el apoyo entre mujeres. Le hace sentir “fuerte” el poder hablar con sus amigas, apoyarse y reflexionar desde sus distintas vivencias. 

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