Luz Elena Morales Núñez: Desobedecer a su padre la llevó a hacer historia en el Congreso

marzo 8, 2024
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Por Ana Castañuela 

Apasionada desde pequeña de las normas y la ley, la saltillense Luz Elena Morales Núñez es la primera mujer en 200 años en presidir la Junta de Gobierno del Congreso del Estado de Coahuila. 

Licenciada en derecho y madre de dos pequeñas, Elena y Sarah; Morales, de 40 años, ha pasado casi la mitad de su vida en la política, enfocada en el desarrollo de los jóvenes y las mujeres. 

Abunda y le parece gracioso que su interés por el derecho y las leyes le brotara desde pequeña, cuando le llamaban la atención películas en las que sus personajes principales alegaban y se peleaban.

Decidida en ser la primera abogada de su familia, Luz Elena ingresó en el año 2000 a la Licenciatura en Derecho en la Universidad Autónoma del Noreste (UANE) en la capital del estado. 

Prácticamente entró a la profesional “a ciegas”, confiesa, pues nadie de su entorno cercano había estudiado derecho y, por lo tanto, no tenía un antecedente de cómo era estar en ese mundo. 

“Creyendo que estábamos en un sistema oral, y no en un sistema escrito, el primer semestre pensé: qué, ¿no es cómo en las películas?”, comparte entre risas. 

Al principio, Luz Elena se veía litigando temas penales, pero mediante diversas prácticas y servicios sociales que hizo por parte de la UANE, en juzgados penales del área de detenidos, se dio cuenta que “no era lo suyo”. 

Fue ahí cuando decidió tomar el camino del derecho administrativo, y a partir de ese momento comenzó su encanto y pasión por conocer leyes y normas. 

Durante sus prácticas en el Área Jurídica del municipio de Saltillo fue donde Morales Núñez aprendió más sobre esta rama del derecho. Agradecida, recuerda que las abogadas del ayuntamiento le enseñaron a redactar oficios, conocer la legislación, reglamentos municipales y facultades de síndicos y tesoreros. 

“Yo preparaba los anteproyectos que iba a firmar el síndico o de lo que iba a firmar el tesorero y me gustaba mucho (…) pasaba por el salón de Cabildo y me decía: ‘Algún día voy a estar ahí’”. 

En 2003, mientras continuaba sus estudios, junto a un grupo de amigos formó la asociación civil “Coahuila Joven”, con el propósito de realizar actividades en beneficio de grupos vulnerables. 

Poco a poco la asociación la llevó a incorporarse al PRI estatal, donde empezó a involucrarse en actividades político-electorales y a recorrer municipios del estado para promover la participación juvenil en el partido. 

“Es bien padre que desde jóvenes nos podamos involucrar en temas sociales, apoyar a grupos vulnerables y, bueno, también ir conociendo el tema político, las instituciones, sus estructuras y también la autoridad”, agrega. 

Ambiente hostil

El primer cargo público relevante para Luz Elena fue a sus 28 años, cuando la nombraron síndica del municipio de Saltillo. Sin embargo, en aquel entonces “fue todo un tema” su designación. 

Cuando se dio a conocer su nombramiento los medios locales demeritaron su logro, y señalaron que su padre, Mario Enrique Morales Rodríguez, quien fungió como presidente ejecutivo de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) en Coahuila, fue quien la impuso. 

“Reconozco que soy muy privilegiada”, acepta Luz Elena, pues ella proviene de una familia políticamente reconocida por la labor de su padre; no obstante, asegura que “la realidad era otra”. 

Expone que, al principio de su carrera como política, su padre se oponía rotundamente a su participación en temas partidistas. 

“Mi papá me decía: ‘Usted estudió para abogada, váyase a litigar, qué está haciendo ahí’; insistía en que la política no era para mí, pues era un ambiente pesado y no quería que me hicieran daño; Yo. aún no entendía lo que podía pasar”, agrega. 

Morales Núñez recuerda otra advertencia de su padre, cuando le aseguró que jamás solicitaría un favor político para ella, en referencia a que en aquel entonces la CROC tenía un lugar dentro de las planillas que iban a ser postuladas para el cabildo. Su padre, le dijo, que de hacerlo podría generar un conflicto al interior de la organización que presidía. 

En ese contexto, para Luz Elena, si bien han sido difíciles las críticas que ha recibido, ahora confirma que no se arrepiente de desobedecer a su padre en el sentido de no adentrarse en la política. 

Ya en el medio en el que su padre no quería que estuviera, Morales se dio cuenta de la violencia de género que se padece, y cómo es que la sociedad demerita logros y capacidades de las mujeres dentro y fuera de la política. 

“Se nos demerita la capacidad porque siempre te dicen: ‘ah, es que está ahí por su esposo’, ‘ah, es que la pusieron por su papá’, ‘ah, es que la pusieron porque sale con alguien…’, entonces siempre ponen este tipo de justificaciones antes que tu capacidad. Desarrollarte en un ambiente laboral así es difícil y puede ser hostil”, explica. 

La recompensa 

Después de trabajar durante cuatro años al interior de la sindicatura, Luz Elena Morales fue titular de la Secretaría de la Mujeres, de 2014 a 2017, donde, asegura, reafirmó sus capacidades para cumplir con su deber.

“Me conocí más porque, al momento que me dan la responsabilidad de crear una política pública en favor de las mujeres, pues tienes que ver todo el entorno, y tenemos que dejar de tener prejuicios y dejar de pensar que todas deberíamos de cumplir con un estándar”. 

Fue hasta 2020 cuando Luz Elena Morales ganó la contienda por la diputación local del Distrito 13 en Saltillo, por el PRI, para formar parte de la LXII Legislatura del Congreso del Estado, donde coordinó la Comisión de Igualdad y No Discriminación. 

En 2023 se reeligió como diputada para la LXIII Legislatura del Congreso y, como lo marca la ley, la bancada del PRI, que cuenta con el mayor número de diputados locales (10 diputaciones) fue la que designó a Luz Elena presidenta de la Junta de Gobierno del Congreso, un hecho histórico en el estado, pues es la primera mujer que en 200 años preside dicho órgano legislativo. 

Ese hito significa “una doble responsabilidad” para ella, pues además de cumplir con lo que dice la ley, Luz Elena siente la “obligación moral” de terminar bien el encargo sin que tengan que pasar 200 años más para que otra mujer pueda presidir el Congreso. 

“Tengo la obligación moral de demostrar qué diferencia voy a marcar; porque si no marco ninguna, pues al final para la sociedad es indistinto que haya un hombre o una mujer”, reflexiona sobre su responsabilidad en una legislatura que, además, es la primera que cuenta con una mujer en la Oficialía Mayor, a cargo de Mariana Simental. 

Pilares del hogar

Si se trata de hablar de figuras de apoyo, Luz Elena Morales ve en su madre, María Elena, al pilar que la ayudó a estar donde se encuentra. 

Recuerda que en 2008 se le dio la oportunidad de irse a la Escuela Nacional de Cuadros del PRI en la Ciudad de México. Sin embargo, cuando su padre le dio un “rotundo no”, la señora María Elena la apoyo y “se fajó” para que Luz María pudiera irse a estudiar. 

“El apoyo de las mujeres que tenemos en casa es fundamental. Tengo dos hijas y una relación que fomenta la igualdad al interior de mi hogar, pero sin duda mi madre y mi suegra son esenciales para el desarrollo de mis hijas porque cuando no está mi marido y cuando no estoy yo, ellas son las que le entran al quite”, agrega.  

Para Luz Elena Morales Núñez, independientemente del área profesional en el que una mujer quiera desarrollarse, ya sea en la política o en el sector privado, es importante trabajar dos partes: la profesional y la interior, con un enfoque en los temas personales y de salud mental. 

“Hay que seguir trabajando, hay que hacer un ambiente entre nosotras del ‘sí se puede’ porque nos confrontamos mucho entre mujeres, y yo sí creo que debemos tener esta hermandad para podernos apoyar”, expone.

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