Por Kristel Reyes
Saltillo, Coahuila. – En punto de las 11:00 horas la peregrinación jubilar en honor al padre Raúl Vera y al Obispo titular de la Diócesis de Saltillo, Hilario González García, comenzó desde la entrada de la iglesia San Juan Nepomuceno con dirección a la iglesia del Sagrario Catedral.
En la peregrinación jubilar estuvieron presentes distintos colectivos a nivel nacional y estatal; obispos, padres de Coahuila y sus alrededores; feligreses que se encontraban en sus hogares y se incorporaron conforme la peregrinación pasaba; mujeres matachines de la parroquia de la Virgen de Fátima y en compañía de la banda Tierra Saltillense.
A seis meses de que el grupo de danza de la parroquia de la Virgen de Fátima comenzó a formarse, recibieron la invitación por medio del sacerdote Eduardo Neri a participar y acompañar a los creyentes en esta peregrinación jubilar, la cual encabezaron con su danza
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“Es una experiencia que cada uno de nosotros vivimos de una manera especial, a veces vinimos con una petición especial y en el caso grupal todas estamos aquí con la única intención de agradar a nuestro padre y a la Virgen de Fátima”, compartió una de las danzantes.
“Es un privilegio maravilloso que Dios se fije en nosotros, es una experiencia muy bonita. Nuestra danza está enfocada a la fe de María, cada que danzamos ofrecemos nuestra danza a María, de acuerdo con las necesidades de cada persona y es una alegría y un gozo danzarle a María”, compartió la coordinadora del grupo de danza, Guadalupe Arce.
Por su parte, la activista Jackie Campbell comentó que entre los participantes se encontraban diferentes activistas de nivel estatal y nacional, quienes portaban un pañuelo blanco con el número 25 y logotipos de las organizaciones civiles que representaban y estaban presentes.
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“Casualmente tenemos el logotipo de Pasta de Conchos, pero sabemos que antier rescataron al minero 22 y quizás hoy al minero número 23 y por esa razón ellos no vienen, pues se quedaron acompañando a los rescatistas”, contó Campbell.
“Hay colectivos como Solidaridad en América Latina, la madre de una víctima de feminicidio que fue apoyada por Raúl Vera hace tiempo, los de defensa de territorio, los de Durango, Coahuila y gente que estuvo con él todo el tiempo”, mencionó.
La peregrinación culminó en la explanada principal de la Catedral, donde los obispos, padres y diáconos transitorios invitados al evento se tomaron dos fotografías oficiales: una colocó el presbiterio religioso que sirve en la Diócesis de Saltillo y la otra el arzobispo invitado, Sigifredo Noriega.
MISA en honor al emérito Raúl Vera y al obispo Hilario González.
En un ambiente de fe y solemnidad, este viernes se llevó a cabo una misa de agradecimiento y celebración por los cumplidos y la ordenación sacerdotal del obispo emérito Raúl Verá López, así como del obispo titular de la Diócesis de Saltillo, Hilario González García.
La ceremonia dio inicio en punto de las 12:00 horas con la llegada de peregrinos que participaron en la peregrinación jubilar. Al mismo tiempo, en la sacristía se preparaban los sacerdotes y obispos asistentes para dar inicio a la misa.
Durante la celebración, el obispo Hilario González cedió la palabra a Raúl Vera, quien ofreció una homilía cargada de reflexión e hizo un llamado a la conciencia pastoral de los presentes.
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En su mensaje, Vera subrayó la responsabilidad moral y espiritual de quienes lideran la Iglesia católica, especialmente frente a los retos que enfrentan las nuevas generaciones.
“No es una cuestión de ser cada día mejores que otros, porque en los últimos años la última generación, que conocemos como los jóvenes, sufre la irracionalidad humana de quienes administran los bienes de este mundo”, expresó.
Añadió que el sacerdocio no debe ser visto como un estatus superior, sino como un servicio auténtico a la comunidad.
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“Es un gran privilegio ser ministros de la palabra, de la gracia y, sobre todo, pastores. Debemos empezar a ver a nuestro rebaño, que los ministros aprendamos a ser servidores, que entendamos que no es una elevación por encima de los demás”, enfatizó.
Al finalizar las palabras del obispo emérito Raúl Vera fueron recibidas por los creyentes con un emotivo aplauso, continuando con el orden de la misa.
La celebración concluyó con una oración colectiva, en la que se pidió por los obispos y sacerdotes de todo el mundo, en especial por aquellos que se encuentran en zonas de conflicto como Medio Oriente, así como por los líderes de la justicia social y las personas más necesitadas.
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