Enfrentando violencia laboral y sexual

marzo 28, 2024
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Ciudad de México.- A Adriana de Jesus la atravesó la violencia sexual y laboral. Desde 2022, fue víctima de acoso sexual por un compañero en la Secretaría de Educación Pública (SEP), de acuerdo con su denuncia vivió hostigamiento laboral por parte del jefe de la Dirección de Seguridad Informática y Prevención de Riesgos,R. N, esto se volvió violencia institucional, hasta la terminación de su contrato de interina tras hacer pública la situación que enfrentaba: detalla que fue liquidada sus respetar sus derechos laborales y esto le dejó secuelas de crisis de ansiedad.

A este tipo de violencia que enfrentan las mujeres se le conoce como “enemigo silencioso e invisible”, ya que es difícil de detectar; sobre todo por el temor de las víctimas a sufrir represalias al denunciar agresiones.

Precisó que llegó al punto de frustración de preguntar si es un problema de género, pues era la única mujer en la dirección que atiende servicios técnicos y administrativos, (las demás mujeres solo están en el área administrativa), si es hostigamiento laboral, discriminación y represalias por haber denunciado, pero no obtuvo una respuesta, ademas de que se requiere que sea multitareas, “soy a la única que se le exige que sea multitareas”.

Hasta el cierre de esta edición, Cimacnoticias buscó a través de llamada telefónica y mensajes de WhatsApp al titular de la Dirección de Información de la SEP, Pedro Hernández, para conocer la versión institucional del caso de Adriana de Jesús, sin lograr establecer una comunicación, incluso la afectada también acudió con la propia titular de la Secretaría de Educación Pública, Leticia Ramírez Amaya, y tampoco obtuvo su apoyo. 

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El caso de Adriana de Jesús, nos remite a la situación de violencia laboral que se vive en México, la cual ocupa el cuarto lugar que viven las mujeres en la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2021 (Endireh): del 70.1 por ciento de las mujeres que señalaron haber vivido violencia, 20.8 por ciento dijo ser víctima de ésta en condiciones de trabajo remunerado.

Además, comentó que en noviembre del año pasado se realizó un bloqueo en las oficinas de Avenida Universidad 1200, por despidos injustificados a la cual la convocaron, y asistió por la molestia que sentía por la falta de respaldo institucional.

Sin embargo, Adriana de Jesus, quien trabajó en la Secretaría de Educación Pública hasta el 16 de septiembre de 2023, enfrentó el reto de la denuncia, cuyo proceso inició el 26 de mayo de 2022, cuando levantó una queja ante el Órgano Interno de Control (OIC) y el Comité de Ética de la institución por acoso sexual por parte de uno de sus compañeros, pero el OIC no aplicó ninguna sanción al agresor; ella continuó trabajando con medidas de protección en un ambiente donde, además, estuvo expuesta a hostigamiento laboral y discriminación en razón de género.

El área donde cubrió una plaza de interinato era en la Dirección de Seguridad Informática y Prevención de Riesgos, un área de la Dirección General de Tecnologías de la Información y Comunicaciones (DGTIC) de la SEP. Según narró a Cimacnoticias, su compañero R. N. comenzó a acosarla cuando iniciaron las citas de vacunación contra la Covid-19 en México.

Ellos se conocían poco, pues solo convivieron tres meses antes del confinamiento en marzo de 2020, pero intercambiaron algunos mensajes donde Adriana le proporcionaba información a R.N. acerca de la vacunación contra el coronavirus. En ese intercambio de mensajes, él hizo insinuaciones sexuales.

Esta impresión de Adriana está fundamentada. En 2019, ella solicitó un cambio al área donde está actualmente y levantó una denuncia frente al OIC de la SEP en contra del jefe de Departamento M. R. El motivo fue discriminación laboral, pues en diversas ocasiones, M. R. la apartaba de ciertas actividades y ponía en duda su desempeño laboral de manera injustificada. 

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El Órgano, sin embargo, no le dio ningún número de folio para seguir las investigaciones. De hecho, hasta la actualidad, la víctima no fue llamada para hacer declaraciones u ofrecer muestras al respecto. Lo que sí sucedió, en cambio, fue que a Adriana de Jesús la cambiaron de área al departamento donde sufrió acoso.

La ingeniera en Comunicación reconoció que, al principio, la actuación de dicho OIC fue buena: apenas inició su proceso en mayo del 2022, el Comité de Ética le proporcionó una serie de medidas de protección que incluyó el traslado del agresor a otro centro de trabajo.

Sin embargo, en su área laboral, el trato hacia ella cambió. El jefe de la Dirección de Seguridad Informática y Prevención de Riesgos, le indicó que no podía seguir realizando su trabajo cotidiano por órdenes del OIC, del Comité de Ética y del director general de la DGTIC. Así, ella solo acudía a la oficina pero no le asignaban ninguna actividad.

La violencia laboral tiene diferentes manifestaciones; una de ellas es la violencia psicológica. La secuencia de hechos es muy clara: los empleadores o superiores jerárquicos impiden a la víctima participar en reuniones de trabajo; demeritan su desempeño y le ocultan información relevante. Estas prácticas aparecen en un informe de la Secretaria de Trabajo sobre esta problemática. Y algo muy parecido le ocurrió a Adriana, quien tras esta situación obtuvo un diagnóstico de “ansiedad generalizada” y “trastorno depresivo mayor recurrente”.

“Yo tengo ansiedad diagnosticada por el ISSSTE y también tengo depresión crónica” —contó Adriana a esta agencia de noticias— “pero cuando me pasó todo esto, mis crisis de ansiedad aumentaron de una forma que no te imaginas: el no hacer nada y quedarme ahí aislada esperando a que pasaran las horas a mí me pegó demasiado”.

Posteriormente, Adriana se enteró de que habían ordenado su retiro del trabajo, el cual le fue devuelto hasta el 1 de febrero de este 2023, aunque con la condición de que la trabajadora entregara reportes de sus actividades laborales. Esta condición fue impuesta por el director general de la DGTIC; mientras tanto, a Rodrigo N. se le permitió seguir laborando sin ninguna condición.

Mencionó que el titular de la Dirección de Seguridad Informática y Prevención de Riesgos, fue quien ejerció hostigamiento laboral, porque limitó totalmente sus actividades. De hecho, ya hay una denuncia por parte de Adriana de Jesús.

La ingeniera en Comunicación mencionó que fue condicionado el hecho de que les devolvieran sus actividades, (mismas que le quitó de forma arbitraria y a base de mentiras su director de área), a cambio de que se levantaran las medidas de protección hacia su persona que le había otorgado el Comité de Ética y esto provocaría que su acosador pudiera regresar a laborar en el mismo centro de trabajo que ella. 

Señaló que el Comité de Ética ya cerró este tema. “Me devolvieron mis actividades laborales mediante el oficio UAF/DGTIC/DSIyPR/012/2023, el cual prueba que lo que estoy diciendo es verdad y es importante recalcar que solo a mi se ordenó enviar evidencia documental de mis actividades laborales, mientras que a mi acosador todo el tiempo trabajó normal y no se le trató de la misma forma que a mí”.

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Desde que le devolvieron su trabajo, sigue con su relato Adriana, llegaron correos electrónicos de felicitación y agradecimiento por parte de varios usuarios a los que les brindó servicio y atención, mismos que causaron molestia a su director de área, incluso hasta no ofrecerle la herramienta necesaria para realizar sus actividades laborales, equipo que no hay en la Dirección de Seguridad Informática y Prevención de Riesgos, como cómputo portátil, tester de cable, ponchadora de impacto, multímetro, desarmadores, jacks, plugs, diversos tipos de pinzas, cinta de aislar cinta de tubería, entre otros.

“Cuando yo me encontraba en situaciones de necesitar herramienta, me contestaba de manera burlona que no hay herramienta y que le hiciera como pudiera, cuando regreso a mi área para dar informes acerca de los servicios atendidos por mí, pone en duda la calidad de mi trabajo y me excluye de varios servicios o manda a compañeros de otros departamentos para ver si lo hice bien”, refirió.

En abril del año pasado, Adriana de Jesús expresó que no confiaba en el director general de DGTIC, dado los antecedentes que existen por omisión y revictimización, ni se atrevía a solicitar su apoyo, pues temía la cambiaran de área y no se hiciera justicia y predominará la impunidad, pues sabía que existen denuncias por hostigamiento laboral contra el jefe de la Dirección de Seguridad Informática y Prevención de Riesgos de varios de sus compañeros, incluida ella.

Por ello, recurrió a otras instancias fuera de la SEP para emprender procesos paralelos. Así acudió al Consejo Nacional Para Prevenir la Discriminación, en Instituto Nacional de las Mujeres, la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo y el Centro de Justicia para las Mujeres, lo cual le permitió darse cuenta de que no solo vivió acoso sexual, sino también con violencia institucional en el que las altas jerarquías la violentaron y le obstaculizan el acceso a la justicia. 

La situación llegó a ser tan tensa para Adriana de Jesús que terminó dejándola sin empleo.

“Estuve indagando si procedía mi baja en recursos humanos y me dijeron que no, porque su baja terminaba hasta el 31 de diciembre del 2023 y no antes”, aclaró. En este momento, Adriana de Jesús Arellanes ya está fuera de la SEP, pero sigue en su lucha por recuperar sus derechos laborales que continúa su curso.

CIMAC Noticias

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