En el Instituto Electoral de Coahuila hubo un agarrón por un eventual déficit de Capacitadores / Asistentes Electorales, coloquialmente llamados “CAEs” que realizan la función más importante: reparten paquetería, integran casillas, recogen los votos y, luego, recuentan.
Medio en broma-medio en serio, se dice que en el Consejo General del IEC son siete integrantes pero tienen como ocho grupos, para ilustrar el nivel de desacuerdo entre consejeros y que esta vez, amenaza el desarrollo de la elección.
Lo que pasa es que no consiguieron los 3 mil CAEs que debían tener contratados aunque sí consiguieron un mínimo de personal que garantice la operación el día de la jornada electoral. Sin embargo, ésta puede complicarse por dos motivos:
Primero, si el INE les pide apoyo para la elección federal –porque también traen déficit—el IEC puede no lograr las metas; segundo, Torreón, San Pedro, Matamoros, Monclova y Piedras Negras, entre otros municipios, presentan visos de conflictividad el día de la jornada y eventuales demandas de recuento postelectoral por lo cerrado de los resultados.
Se sometió a consideración la propuesta de una contratación de emergencia de CAEs, pero los consejeros se volvieron a dar con todo, sin llegar a un acuerdo.
Los “Capacitadores / Asistentes Electorales” (CAEs), son contratados por los organismos electorales con meses de anticipación a la jornada electoral, básicamente para ubicar casillas e integrarlas; preparar y distribuir documentación y materiales electorales a las presidencias de las mesas de casilla; ejecutar los mecanismos de recolección transcurrida la jornada; alimentar el sistema de información del desarrollo de la elección; y funcionan en operativo de campo del Conteo Rápido y el Programa de Resultados Electorales Preliminares.
O sea, ni más ni menos, son el personal eventual que se encarga de la organización y conteo de la elección.
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