Por Ethel Arredondo
Torreón, Coah.– Para Melanny Sarahí Monsiváis, lo que comenzó como una consulta ginecológica para dar seguimiento a un diagnóstico de endometriosis terminó en una experiencia de maltrato emocional y presunta mala praxis médica por parte de, asegura, el galeno José Roiz Hernández.
Ingeniera de profesión, estudiante de Nutrición y una reconocida influencer en Coahuila, Melanny decidió contar su historia en redes sociales, donde rápidamente se viralizó y sacó a la luz decenas de testimonios similares.
“Desafortunadamente cuando pones ‘ginecólogo Torreón’ en Google, este doctor es la primera opción que aparece. Yo no sé si es publicidad pagada o qué es lo que pasa… Entonces yo dije: ‘bueno, por algo ha de ser’”, relata en entrevista para El Coahuilense Noticias.
Acompañada por su esposo, Melanny llegó a consulta con estudios previos como ultrasonidos y resonancias, con la intención de recibir orientación médica especializada. Sin embargo, asegura que desde los primeros minutos del encuentro fue objeto de un comentario humillante: “Le conté toda mi historia clínica… y se dirigió a mi esposo, no a mí, y le dijo: ‘Yo te recomiendo que te consigas otra mujer porque esta no sirve’”.
La declaración la dejó sin palabras. “Obviamente yo estaba escuchando todo. Fue súper fuerte. Primero, por todo el tema hormonal; estaba yo súper triste por mi diagnóstico. Me dolió bastante”.
Posteriormente, el médico le mostró una imagen de un útero con adherencias, diagnóstico que –según otros testimonios que Melanny ha conocido desde que publicó su experiencia– sería parte de una rutina: “Es una imagen genérica que él ya tiene, con la que obviamente asustaba”.
Ya en su escritorio, el doctor le dijo que tenía “muchísimos quistes” y que además de la endometriosis, tenía teratomas. Le preguntó si contaba con seguro médico, y tras ella responder afirmativamente, él le aseguró que los quistes no serían cubiertos: “Tú lo tienes que pagar aparte… cada quiste te va a costar 10 mil pesos”.
Mel Monsiváis, como aparece en sus redes sociales, describe el impacto emocional que tuvo en ese momento: “Estaba como con mi cabeza dando vueltas… Me fui de ese consultorio muy triste, llorando, de esas veces que ni siquiera puedes hablar”.
El médico le advirtió que si no se atendía pronto, podría morir: “Uno de los comentarios que hizo fue que si no lo hacía, se me podía torcer el ovario y me moriría, básicamente”.
Al salir de aquella consulta, Melanny empezó a planear la cirugía. Avisó a su familia, solicitó permisos en el trabajo y se preparaba para la operación cuando su suegra le hizo una llamada determinante. “Me dice: ‘Es totalmente tu decisión, pero quiero contarte que mi mamá falleció a raíz de una intervención con ese doctor’”.
Eso encendió las alertas.
Fue entonces que buscó una segunda opinión. Una doctora le dijo: “Sí tienes endometriosis, pero no tienes teratomas, no tienes quistes, no te vas a morir mañana, no es urgente operarte”.
Esa consulta fue un parteaguas. “Para mí fue como, bueno, no me voy a morir. Pero en ese momento estaba tan enfocada en curarme que dejé un poco de lado lo que pasó con el doctor”.
Fue hasta hace poco que vio en redes el testimonio de otra mujer, Elizabeth Hernández, sobre el mismo ginecólogo que la atendió. Sus palabras revivieron aquella consulta en la que se le vino el mundo encima. Fue entonces que decidió grabar un video y subirlo a sus redes, el cual rápidamente se volvió viral en TikTok. “Al ver que ella contaba lo mismo, las mismas palabras que yo escuché, me di cuenta de que yo no era un caso aislado”.
Desde entonces, ha recibido decenas de mensajes de otras mujeres que vivieron experiencias similares. “Las historias que me han contado por TikTok, de verdad, no tienen perdón. Algunas me escriben en privado historias más fuertes, de personas que lamentablemente han fallecido”.
De hecho, el esposo de Elizabeth Hernández interpuso en 2021 una denuncia por negligencia médica contra el ginecólogo. Pese a que una orden judicial suspendió su licencia para ejercer, el galeno siguió dando consultas.
Fue hasta el pasado 14 de mayo que las autoridades lo detuvieron. La defensa del médico le consiguió arraigo domiciliario con el argumento de que padece problemas de salud.
Melanny también intentó interponer una denuncia, pero le dijeron que ya no era viable debido al tiempo transcurrido y a la imposibilidad de comprobar médicamente que el diagnóstico fue falso.
“Ya no me podrían hacer una revisión y validar que efectivamente no tenía nada de lo que él decía”. Aun así, conserva los estudios que el médico le solicitó como parte del proceso preoperatorio.
Para ella, lo más valioso ha sido advertir a otras mujeres: “El mayor aprendizaje es que pidan segundas, terceras, cuartas y quintas opiniones. Ya no se puede confiar y qué triste que estén jugando con nuestra salud”.
Recalca que quienes han defendido al médico en redes lo hacen desde perfiles anónimos, mientras que los testimonios que lo señalan son de mujeres reales. “Ahí están sus fotos, sus nombres, sus historias. No podemos estar todas coludidas para difamarlo”, argumenta.
Por ahora, dice estar en disposición de colaborar si hay avances legales. “Estoy en la total disposición de lo que sea con tal de que pague por todo lo que ha hecho. Realmente es sorprendente”.
Hasta el momento el ginecólogo José Roiz no ha emitido su posición pública. Pese a que una orden judicial le impedía seguir ejerciendo, todavía el pasado 19 de mayo se pudo observar publicidad de sus servicios en redes sociales. Para el 20 de mayo ya no existía el perfil.
“Mi vida cambió para siempre”: Elizabeth
Elizabeth Hernández tenía 32 años cuando fue sometida a una cirugía que –según narró a El Coahuilense Noticias– le destruyó la vida. Hoy, a sus 36, vive con colostomía, incontinencia urinaria, movilidad reducida y sin posibilidad de llevar una vida íntima o laboral normal. Asegura que el procedimiento fue realizado por el ginecólogo José Roiz Hernández en abril de 2021 en un hospital privado de Torreón. Desde entonces, su historia se convirtió en una lucha por justicia que apenas empieza a avanzar.
“Me dijeron que era una cirugía sencilla. Él me prometió que saldría ese mismo día”, recuerda Elizabeth sobre la operación en la que se le retiraría la matriz y un ovario por presentar miomas y quistes. La técnica fue laparoscópica.
“No comía, no podía ir al baño, me sentía mal. El sábado vi que al hacer pipí me salía excremento. Me estaba saliendo por donde orino”, relata. Cuenta que pese a la gravedad del síntoma, el médico sólo recetó un jarabe. Siguió mal y el médico la citó en su consultorio. “En esa consulta me pusieron una sonda en la nariz y llenaron varios botes como de yogur con un líquido verde”.
La mejoría no llegó y ella afirma que el propio José Roiz les dijo a Elizabeth y a su esposo que ya no podía hacer más por ella y los refirió al Hospital General. Allí, los médicos detectaron perforaciones en el intestino, colon, vejiga y uréter, así como una peritonitis aguda. Fue intervenida de emergencia: “Me sacaron el intestino, me pusieron la bolsa de colostomía. Me dijeron que si no me operaban ese día, me moría”.
Desde entonces Elizabeth no ha vuelto a ser la misma. “No puedo trabajar, necesito andador si camino más de unas cuadras. Uso pañales, me mojo porque no siento cuando tengo ganas. Ya no puedo tener vida de pareja. No tengo control de mi cuerpo. Me lo cambió todo”.
En ese mismo 2021 el esposo de Elizabeth interpuso una denuncia por presunta negligencia médica contra José “N”, pero fue hasta este 2025 que las autoridades lo detuvieron.
“Quiero que se haga responsable. Esto no es vida. A veces me he preguntado si vale la pena seguir así”, afirma. “Mi esposo dejó de trabajar para cuidarme. No tenemos ingresos estables y necesitamos pañales, catéteres, medicamentos, alimentación especial. Es mucho.”
Uno de los elementos que más la indignan es que el médico –según le dijeron los cirujanos que la atendieron después–, no debió haber usado laparoscopía debido a sus antecedentes. “Él sabía que tenía adherencias”.
Elizabeth nunca tuvo hijos, aunque lo intentó. Ahora, dice, sólo quiere justicia. “Después de cuatro años, por fin veo que se está haciendo algo. Pero nada me va a devolver lo que perdí”.
Romper el silencio
La historia de Elizabeth resonó en redes sociales tras hacerse pública su denuncia. Mel, la influencer, compartió su propia experiencia negativa con José Roiz. A partir de ello, decenas de mujeres comenzaron a publicar testimonios en los que relatan que ese mismo ginecólogo realizó diagnósticos innecesarios, intervenciones quirúrgicas no justificadas, manipulación emocional durante las consultas, entre otras experiencias dolorosas.
La usuaria Ginna relató: “Al ir por un malestar me mostró en la pantalla de su computadora unas imágenes realmente aterradoras de mi matriz y me dijo que de urgencia ese mismo día tenía que quitarme la matriz. Salí llorando y destrozada por la noticia. Las imágenes eran verídicas… de otra mujer con cáncer”.
Otra usuaria, Fergorgui, narró: “Yo también fui con él y también me diagnosticaron endometriosis y me operaron un quiste… y resulta que nunca he tenido endometriosis”.
De forma similar, alixrob compartió: “Me dijo que me tenía que operar con urgencia por miomas y quistes. Me hizo el papanicolau y nunca me entregó los resultados. Salí llorando y me recomendaron buscar otras opiniones. Lo desmintieron obviamente”.
También hubo quienes recordaron haber acudido con él cuando hace más de una década laboraba en el IMSS. Describieron los actos del médico como inadecuados o poco éticos. Algunos incluso mencionaron que les ofreció procedimientos estéticos adicionales tras las consultas médicas, lo cual encendió aún más la crítica pública.
Andrea comentó: “Me hice una histeroscopía y fue una mala experiencia. Dos días después seguía adolorida. Mucha gente me decía que ese procedimiento no dolía, pero yo estoy segura que él me lastimó”.
Algunos testimonios revelan diagnósticos erróneos con consecuencias emocionales importantes. Leticia Garay escribió: “Me dijo que no me podía embarazar porque tenía quistes… y sorpresa: otro ginecólogo me dijo ‘tu matriz está súper embarazable’. Ya van varias que llegan con el mismo diagnóstico y no es cierto”.
Entre los más de dos mil comentarios generados en el video sobre la mala experiencia con el ginecólogo José Roiz, también hubo expresiones de extrañeza por parte de pacientes que manifestaron haber recibido del médico un trato muy diferente.
El caso ha abierto una conversación más amplia sobre la atención ginecológica, no sólo a escala local sino nacional, así como sobre la importancia del consentimiento informado y la necesidad de canales accesibles y seguros para denunciar posibles casos de mala práctica médica.
TE RECOMENDAMOS LEER:
Síguenos en