Los mexicanos arrodillados a Trump

julio 29, 2025
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FOTOGRAFÍA: ESPECIAL

Por Álvaro Delgado Gómez

Juan Manuel Oliva Ramírez, exgobernador panista de Guanajuato, es un hombre de baja estatura, de tez morena y no habla inglés, el prototipo de los mexicanos que Estados Unidos desprecia, agrede y deporta. Pero este personaje, un juramentado de la organización secreta de ultraderecha El Yunque, admira a Donald Trump y construye México Republicano, un partido político con la ideología del racista Presidente de ese país que nos odia.

Parece broma, pero no lo es: Oliva Ramírez es secretario de Organización del partido en formación que preside el expriista Juan Iván Peña Neder, cuyo secretario general es Gricha Raether, portavoz por varios años del Partido Demócrata en México, y el “asesor general” es Larry Rubin, representante del Partido Republicano en nuestro país y presidente de la American Society, que reúne a los empresarios de Estados Unidos.

Estos dos políticos estadounidenses que representan a los dos partidos de Estados Unidos alegan que no violan la Constitución de México, que en su artículo 33 dispone que “los extranjeros no podrán de ninguna manera inmiscuirse en los asuntos políticos del país”, porque son también mexicanos por tener doble nacionalidad.

Pero hace dos semanas, el sábado 12 de julio, Larry Rubin organizó, como presidente de la American Society, una cena en honor del nuevo Embajador de ese país, Roland Johnson, un coronel retirado y agente de la CIA involucrado en invasiones armadas de otros países, acontecimiento que fue patrocinado por el magnate Ricardo Salinas Pliego, y que reunió a figuras prominentes de la derecha en México, como el exconsejero electoral Lorenzo Córdova, los panistas Jorge Romero y Ricardo Anaya, el excanciller José Ángel Gurría y José Medina Mora, exdirigente nacional de los patrones.

Y esa noche, el discurso de Larry Rubin fue en defensa de Trump, que la víspera envió una carta a la Presidenta Claudia Sheinbaum, y en contra de México, del que se dice nacional. Con insolencia, avaló la amenaza de imponer aranceles de 30 por ciento a los productos mexicanos a partir de este viernes 1 de agosto, porque no ha acabado con los cárteles que fabrican la droga que consumen millones de sus compatriotas.

“La carta enviada desde la Casa Blanca a la Presidenta de México subraya la urgencia del momento. No es una amenaza, es una alerta estratégica. El 30 por ciento de arancel que se puede llegar a aplicar a partir del 1 de agosto es una consecuencia directa de la falta de acción efectiva en temas que impactan no sólo el comercio sino también la salud y la seguridad nacional de Estados Unidos y México”, expresó Rubin, en un mensaje y tono de un estadounidense, no de un mexicano.

Obviamente los representantes de la derecha de México no objetaron la grosera e injerencista amenaza de Larry Rubin, al fin unidos en la misma ideología conservadora, pero tampoco la Secretaria de Medio Ambiente, Andrea Bárcena, ahí presente y sentada junto al pianista Ricardo Anaya, quien por años huyó a Estados Unidos, donde han vivido y estudiado sus hijos. También callaron diputados y senadores de Morena, como Sergio Mayer, Emmanuel Reyes, Waldo Fernández y Yeidckol Polevski, invitados también.

Hasta ahora nadie del Gobierno de la República, ni la propia Presidenta Sheinbaum, se ha pronunciado sobre esa cena de provocación que revela qué intereses defenderá México Republicano, en el caso de que cumpla con los requisitos establecidos en la ley para convertirse en partido político. Pero aun si no lo logra, estamos ante un abierto injerencismo de estadounidenses en asuntos de México, apoyados por mexicanos que son capaces hasta de avalar una invasión militar de Estados Unidos a México con el pretexto del narcotráfico, una posibilidad real desde que ese país denominó organizaciones terroristas a los cárteles mexicanos.

Yo mismo le pregunté a Gricha Raether, secretario general de México Republicano, si optaría por México o por Estados Unidos en caso de una invasión de este país: “Opto por el Estado de derecho. Opto por un Norteamérica libre de terrorismo. Opto por paz y orden en México, llegue como llegue”.

Sí: Hay otro proyecto de partido político de extrema derecha que se somete a Estados Unidos, el Viva México del actor Eduardo Verástegui, confeso prosélito de Trump y de sus políticas de agresión a México y quien tampoco hay que perder de vista.

La historia de México, ya se sabe, registra episodios de mexicanos que se entregan al invasor extranjero, que por eso existe aún la traición a la Patria en el Código Penal Federal, delito que comete quien realice actos contra la independencia, soberanía o integridad de la Nación Mexicana con la finalidad de someterla a persona, grupo o gobierno extranjero, o que tome parte en actos de hostilidad en contra de la Nación, mediante acciones bélicas a las órdenes de un Estado extranjero o coopere con éste en alguna forma que pueda perjudicar a México.

Hay más conductas que constituyen el delito de traición a la Patria: Quien forme parte de grupos armados dirigidos o asesorados por extranjeros; organizados dentro o fuera del país, cuando tengan por finalidad atentar contra la independencia de la República, su soberanía, su libertad o su integridad territorial o invadir el territorio nacional, aun cuando no exista declaración de guerra, o que tenga, en tiempos de paz o de guerra, relación o inteligencia con persona, grupo o gobierno extranjeros o le dé instrucciones, información o consejos, con objeto de guiar a una posible invasión del territorio nacional o de alterar la paz interior.

Por eso, es preciso ratificar convicciones: Ante Trump y sus pretensiones invasoras, apoyadas por mexicanos de la extrema derecha, que a nadie se le olvide la historia de México.

SinEmbargo

MÁS DEL AUTOR:

Álvaro Delgado

Álvaro Delgado Gómez es periodista. Empezó en 1986 como reportero y ha pasado por las redacciones de El Financiero, El Nacional y El Universal. En 1994 ingresó como reportero al semanario Proceso, en el que fue jefe de Información Política y especializado en la cobertura de asuntos políticos.

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