Ciudad de México.- El pasado 19 de mayo, el presidente Donald Trump promulgó el proyecto de ley Talk it Down, el cual tipifica el delito de la difusión de imágenes no consensuadas o creadas con inteligencia artificial con contenido de índole sexual o pornográfico. Esta fue presentada por los senadores Ted Cruz y Amy Klobuchar y en la cual participó las Defensoras Digitales del movimiento Ley Olimpia para su elaboración.
«Este es un hito inspirado en la lucha de las Defensoras Digitales. Desde el movimiento Ley Olimpia, celebramos la aprobación del proyecto» señaló Defensoras Digitales. Se trata de una colectiva feminista con conocimientos, experiencia, capacitación y especialización en el tema de violencia digital con perspectiva feminista y apartidista, fundada por Olimpia Coral Melo y Marcela Hernández Oropa, quienes también impulsaron la Ley Olimpia.
De acuerdo con las Defensoras Digitales, la ley Herramientas para Abordar la Explotación Conocida mediante la Inmovilización de Deepfakes Tecnológicos en Sitios Web y Redes (Take It Down Act) es una legislación histórica que representa un avance significativo en la protección de las víctimas de violencia digital, incluso ante la posibilidad de chantaje o amenaza.
El documento aborda la tipificación del delito federal de una publicación con contenido íntimo que no esté autorizado incluido fotografias íntimas falsas con una pena de 3 años; la obligación de las plataformas digitales para eliminar dicho contenido en un plazo de 48 horas después de ser denunciado por la víctima, de lo contrario serán penalizadas con multas elevadas; y la protección legal de profesionales y autoridades a las víctimas.
Se trata de una ley bipartidista que fue aprobada por el Congreso el pasado 28 de abril de 2025 con 409 votos a favor. Además, fue respaldada por la primera dama de Estados Unidos, Melania Trump, quien hizo una aparición pública para salir a defenderla. «¿Qué tan importante fue su apoyo para que esto se aprobara de manera abrumadora, no solo en el Congreso, sino también en el Senado? De manera abrumadora, en proporciones bíblicas, porque entendimos, como dijiste, que ella no apoya muchas causas, pero siempre que se involucra, realmente lo significa», mencionó la congresista republicana María Salazar en entrevista para News Nation.
Las Defensoras Digitales participaron activamente en esta ley aportando sus experiencias y conocimientos al proyecto. Según anunciaron, formaron parte del Believe Me Project y asistieron al encuentro donde fue presentada en el Capitolio en diciembre de 2024. Además, colaboraron como organizacion impulsora con el equipo del senador Ted Cruz.
Según mencionaron, la aprobación se relaciona al precedente internacional que representó la Ley Olimpia en México: una legislación pionera en reconocer la violencia digital como una forma de violencia de género, e incorporar mecanismos legales concretos para proteger a las víctimas y sancionar a los agresores. “Esta influencia ha sido clave para que otros países comiencen a adoptar marcos normativos que prioricen la dignidad, privacidad y seguridad de las personas en entornos digitales” afirmaron las Defensoras Digitales.
“No solo inspiramos una legislación en Estados Unidos: hicimos posible una ley que nombra lo que antes se callaba. Porque las Defensoras Digitales lo dijeron primero y ahora lo gritan en cada idioma: ¡lo virtual es real! Hoy el eco de la Ley Olimpia retumba en el Congreso de los Estados Unidos. Y otra vez, fuimos las morras, las mujeres” -Defensoras Digitales.
La inteligencia artificial y el uso de deep fakes contra las mujeres
De acuerdo con ONU Mujeres, en Estados Unidos las mujeres tienen dos veces más de probabilidad que los hombres de ser atacadas por medio de violencia digital como resultado de su género. La violencia de género en espacios digitales cada vez encuentra nuevas formas de perpetuarse, desde la filtración de imágenes de índole sexual no autorizadas hasta la creación de contenido alterado con inteligencia artificial.
La inteligencia artificial ha permitido sistematizar procesos y simular rasgos de la inteligencia humana mediante sistemas informáticos como el reconocimiento de voz, texto e imágenes, la traducción de idiomas y la generación de textos.
Entre uno de los subcampos de la lA se encuentran las deepfakes, que fusiona las palabras fake (falso) y deep learning (aprendizaje profundo) para englobar todo tipo de material generado para imitar la apariencia y sonido de una persona de forma artificial y que resulta ser convincente y realista ante el ojo humano.
No obstante, su mal uso ha generado consecuencias en la vida de las mujeres al convertirse en una herramienta que vulnera sus derechos fundamentales y amplifica la violencia digital. Datos de organizaciones especializadas en ciberseguridad señalan que más del 90% de las deep fakes publicadas en plataformas en línea tienen como objetivo a mujeres, de las cuales desconocen que su imagen ha sido manipulada.
Entre las consecuencias psicológicas para las mujeres, también se enfrentan a la pérdida de oportunidades laborales, estigma social, revictimización y falta de apoyo legal. Además, todavía existen ausencia de mecanismos efectivos para retirar el contenido de las plataformas gracias a vacíos legales.
De acuerdo con un estudio realizado por «Security Hero.io» se han reportado los siguientes datos respecto a la herramienta digital de las deepfakes:
La pornografía creada con IA representa el 98% de todos los videos deepfake en línea. Lo que muestra que su distribución está relacionada con la creación de video de contenido sexual con la intención de difamar, violentar y denigrar.
En 2023 se encontró un aumento de 550% más que en 2019. Esto ha provocado una preocupación sobre la normalización y aceptación de este material.
7 de 10 sitios web de pornografía albergan deepfakes
Su consumo se ha vuelto más accesible lo que alimenta la normalización de esta acción en la sociedad e incita a replicarlo en personas de su interés.
El 99% de las personas afectadas por la pornografía deepfakes son mujeres. Existen una disparidad de género en este tipo de agresiones en el que la violencia digital recae sobre las mujeres.
Existe accesibilidad sobre las herramientas, software y comunidades fáciles de usar para crear deep fakes. Existen múltiples opciones de uso gratuito o bajo costo.
Una de las problemáticas es la inquietante relación de esta subrama de la IA con la «venganza» con el uso de contenido íntimo y sexual explícito sin el consentimiento de una persona, pareja, expareja o terceros. Dicho material se difunde o se emplea para amenazar a la persona, castigarla, controlarla o dañar su reputación.
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