Familiares de Israel Torres y Héctor Tapia exigen justicia a 16 y 15 años de su desaparición

Por Ethel Arredondo

Torreón, Coahuila.- A 16 años de la desaparición de Israel Torres Lazarin y a 15 del caso de Héctor Armando Tapia Osollo, sus familiares realizaron una guardia simbólica este jueves en el Árbol de la Esperanza de Torreón, donde reiteraron su exigencia de verdad y justicia.

El acto fue encabezado por María Luisa Lazarín Sierra, madre de Israel, e Ixchel Mireles, esposa de Héctor, quienes compartieron públicamente el impacto que las desapariciones han tenido en sus vidas y denunciaron la falta de avances en las investigaciones.

María Luisa recordó que su hijo tenía apenas 18 años cuando desapareció el 18 de junio de 2009 en Torreón. “Esta fecha me revive el dolor”, expresó. Dijo que lo único que la ha mantenido en pie es el amor por sus otros hijos, y señaló que desde el inicio fueron las propias familias quienes aportaron líneas de investigación.

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“Nosotros les dimos mapas, les dijimos dónde estaban ocurriendo desapariciones, les dimos nombres. No hicieron nada. Apostaron a que se perdieran las evidencias”, afirmó.

También explicó que la omisión de las autoridades ha impedido avanzar: “Como no era delito tipificado, se excusaron y dejaron perder pruebas. Pero no nos cansamos hasta encontrarlos”.

Por su parte, Ixchel Mireles habló sobre cómo el dolor ha repercutido físicamente en quienes buscan a sus familiares.

“Te da gastritis porque es la entraña, te da diabetes por la falta de dulzura, hipertensión porque traes el corazón herido. Yo tengo mal la columna, porque él era mi eje”, señaló en referencia a su esposo, desaparecido el 19 de junio de 2010.

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Recordó que durante años vivió con la esperanza de encontrarlo vivo. “Armé una mochila con ropa por si aparecía golpeado como pasaba en el vado. Ellos dijeron: ‘venimos por información, si todo funciona bien tu familia estará bien’, pero nunca dijeron si yo también iba a estar bien”.

Ambas señalaron que cada aniversario remueve el dolor y la frustración. “Ayer fue un día pésimo para mí, recordé todo: cómo corría de un lado a otro sin saber qué hacer. Era algo que no creíamos posible”, dijo María Luisa.

En tanto, Ixchel cuestionó la actuación de las autoridades: “Mi caso se fue a la Fiscalía General de la República desde 2010. Lo pasaron de una oficina a otra y se lavaron las manos muy pronto. Quisiera saber por qué se desentendieron tan rápido”.

Ambas mujeres forman parte del colectivo Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila (FUUNDEC), que impulsa acciones de visibilización como esta, en memoria de los ausentes y en exigencia de acciones concretas por parte de las autoridades.