El gobierno de Jacobo Rodríguez, un naufragio entre fuego amigo

julio 21, 2025
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Por Arturo Rodríguez García

Desde noviembre de 2024, durante el largo periodo de transición en el ayuntamiento de Piedras Negras, el entonces alcalde electo, Jacobo Rodríguez, no lograba la conciliación entre los grupos de la llamada 4T que lo acompañaron en la construcción de su triunfo electoral.

El principal problema para el empresario militante de Morena radicaba en los compromisos asumidos con figuras relevantes del PT. 

Por un lado, había señalamientos directos de favoritismo hacia él por la adquisición de vehículos y asignación de obras públicas en Múzquiz durante el gobierno de la también morenista Tania Flores Guerra, todo por adjudicación directa. Un primer compromiso que apuntaba como facilitador al petisita Tony Flores, hermano de Tania.

Por otro lado, su postulación fue en alianza con el PT, que en Piedras Negras tiene como liderazgo principal a Lorenzo Menera, curtido en las lides de la oposición, excandidato a la alcaldía y también señalado por presuntos nexos con el hampa debido a las condenas que han enfrentado sus hermanos en México y Estados Unidos por narcotráfico, aunque él no ha sido acusado formalmente.

La rebatinga por cargos y posiciones en el ayuntamiento se reflejó desde el primer día de gobierno. Con un cabildo dividido, sin mayoría para el alcalde, el primer escollo fue por el rechazo a la propuesta que el presidente municipal hizo para encabezar la Tesorería.

El 1 de enero último, primer día de administración y primera sesión de cabildo, los regidores rechazaron a Jorge González Morales. Su aliado, el PT, junto con el PRI, le votaron en contra por lo que debieron irse a receso y regresar para aprobar a Karen Marlén Escobedo quien, siendo de confianza del alcalde, estaba propuesta para administrar el Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento (Simas), una cuña de la que se liberó el titular, Lorenzo Menera.

Los desencuentros del primer día marcarían todo el primer semestre de una administración que no termina de despegar envuelta en conflicto internos.

Rupturas y escándalo

El 22 de febrero último el director de Salud del municipio renunció. Con apenas seis semanas en el cargo, Gilberto Valdez decidió irse sin dar mayor explicación; no obstante, en días previos a su salida el alcalde adjudicó la operación de dispensarios médicos por un contrato de 60 millones de pesos a una empresa desconocida, Medical Life.

El asunto provocó sobresaltos en el cabildo. Regidores, principalmente del PT, cuestionaron la medida por considerarla privatizadora del sistema de salud y, con esto, de ser contraria a los principios de la 4T.

Las dos posiciones más relevantes para un presidente municipal son, necesariamente, la secretaría del Ayuntamiento y la Tesorería. La primera, encargada de la política y la legalidad; la segunda, de la administración de los recursos. 

Para Jacobo Rodríguez, sin embargo, ambas posiciones han sido problemáticas. Si el primer día no pudo colocar al tesorero de su confianza, dos meses después de iniciado su periodo el escándalo detonó en la Secretaría del Ayuntamiento, cuyo titular, Ignacio Armando García Villarreal, emitió un video en redes sociales acusando al alcalde de corrupción en contratos.

El alcalde realiza al estilo del lopezobradorismo una “mañanera” todos los días. Así que, en su mañanera del 5 de marzo, decidió dar respuesta a los señalamientos de su funcionario, acusándolo a su vez de actos de corrupción en la administración del panteón municipal.

En el cruce de declaraciones salieron a relucir ofrecimientos de contratos, favoritismo y la interposición de denuncias ante el Ministerio Público que hasta el momento no se han judicializado.

El 22 de abril reciente renunció el director de Educación, David Corral. La versión oficial es que fue por motivos de salud.

Truene en el Simas

El enfrentamiento entre el gerente del Simas, Lorenzo Menera, y el presidente municipal, Jacobo Rodríguez, llegó a un nuevo nivel el 30 de abril último. Menera, acompañado de abogados y un hermano, irrumpió en las oficinas de la comisaría del Simas; es decir, el área de contraloría de la paramunicipal.

Sin orden judicial ni justificación jurídica, la incursión incluyó revisión de cajones y papelería que fue sustraída de las oficinas de la comisaria María Dolores García.

El 2 de mayo, durante la sesión del consejo de administración del Simas, hubo un intento por destituir a la funcionaria acusándola de no autorizar la liberación de varios cheques que, en su apología, el alcalde expuso era una retención por el incumplimiento de normatividad para la emisión de pagos.

En ese contexto Jacobo Rodríguez anunció el despido de todos los trabajadores de Obras Públicas enfrentando, desde entonces, un conflicto laboral con demandas y movilizaciones que, presuntamente, habría derivado en amenazas de muerte el munícipe.

Pero el conflicto de Simas, específicamente con Lorenzo Menera, fue el que creció en las semanas posteriores; para finales de mayo la respuesta del petismo de Menera fue el rechazo a la cuenta pública.

Jacobo Rodríguez denunció al diputado federal Ricardo Mejía Berdeja de estar detrás del rechazo a su cuenta pública mensual, de sabotear su gestión y, con ello, abrió un frente de descalificaciones que se mantuvo hasta junio.

Los desencuentros de Jacobo Rodríguez, todos intra 4T, motivaron un llamado de atención de la dirigencia estatal morenista. Diego del Bosque, líder de Morena en Coahuila, de hecho, dijo que lo reprendió y lo conminó a resolver los conflictos con Lorenzo Menera.

La solución se fue dando a lo largo de junio. Primero, Jacobo Rodríguez consiguió la renuncia de María Dolores García; luego, los subgerentes José Luis Salinas y Ricardo Aguirre salieron y, aunque Jacobo señaló a Menera como responsable de esas salidas, finalmente la estructura operativa y la supervisión quedaron en manos del petista.

Así, entre convulsiones internas, acusaciones de corrupción y una reprobación generalizada hasta en el morenismo a su desempeño, Jacobo Rodríguez transitó el primer semestre de su gestión.

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Arturo Rodríguez García

Director en El Coahuilense y Notas Sin Pauta; reportero en la revista Proceso y columnista en El Heraldo de México.

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