Nos comparten que Alejandro Martínez Araiza, el dirigente del Sindicato Nacional Alimentario y del Comercio (SNAC), debe transparentar el destino de los alrededor de 500 millones de pesos que manejó en los últimos seis años y que proceden del patrimonio de los 18 mil trabajadores que representa.
En marzo de 2019, heredó de su padre, Marco Antonio Martínez Armenta, el control del sindicato por medio de una elección “muy peculiar… técnicamente legal, pero irregular”, dice un exdirigente a este reportero.
El padre de Alejandro lo destapó, organizó la cargada y el comité ejecutivo avaló la presunta simulación electoral, donde se utilizaron dos planillas: la del padre y la del hijo. Hubo delegados sindicales que repetían en las dos planillas, por ello, la familia siempre tendría el control del SNAC.
Hace unos meses, Alejandro Martínez realizó una elección que parecería a modo: en Semana Santa, planilla única, sin supervisión oficial y al parecer no en todas las secciones, pues hasta el momento no ha mostrado las actas de los resultados de todas las votaciones, nos dicen personas cercanas al personaje.
Otra asignatura pendiente de Martínez Araiza es la transparencia y rendición de cuentas, no ante sus incondicionales, sino para todos los trabajadores que dice representar.
En el acuerdo de registro de renovación de la dirigencia con fecha del 19 de mayo, el Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral exhortó al SNAC para que entregue el acta de asamblea en la que se rinda cuenta de la administración del patrimonio sindical, pues dicha autoridad carece de esta información en su expediente.
Un asunto que debe explicar a los trabajadores es dónde están el patrimonio y el dinero de las cuotas sindicales. Parece que de ahí surgen todos los cuestionamientos.
Los golpes, los ataques. Los 18 mil sindicalizados aportan cuotas del 2 por ciento de sus salarios, un estimado de 6.5 millones mensuales, es decir, 78 millones de pesos al año durante una gestión de seis años: unos 468 millones de pesos.
Además, nos dicen que Martínez Araiza está obligado a explicar qué pasó con los recursos de la venta del edificio del SNAC en la Calle de Héroes y Mina en la Colonia Guerrero de la Ciudad de México, en el año 2019 donde se estima que obtuvieron al menos 10 millones de pesos y que nadie sabe en qué cuentas y de qué país fueron a parar los recursos de los trabajadores.
Los de su sindicato, temerosos, nos dicen que hay varios cuestionamientos. ¿Qué pasó con los 10 millones de pesos que presuntamente perdió como inversionista en Estados Unidos con el supuesto representante de la Fundación Non Violence?¿Cuánto cuesta al mes su seguridad personal? ¿Cuánto cuesta la renta anual en la exclusiva Torre Omega de Polanco? ¿Dónde están y cuáles son los activos fijos a nombre del SNAC? ¿A cuánto equivale el ingreso por el cobro del servicio y la venta de teléfonos celulares a los trabajadores? (Algo de lo que hemos hablado en este espacio) ¿Quiénes han sido informados y quiénes han autorizado los movimientos de recursos del SNAC?
Le seguiremos informando.
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