El Espectador | CriptoMex: una sofisticada fachada financiera de Los Chapitos

junio 11, 2025
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FOTOGRAFÍA: ESPECIAL

Por Hiroshi Takahashi

El 15 de marzo de 2022, José Raúl Núñez Ríos acudió —sin necesidad de intermediarios ni representantes legales— al portal digital del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial para registrar CriptoMex, una empresa de “servicios financieros” con sede en Mazatlán, Sinaloa. Aportó su domicilio, un correo personal, un logotipo de archivo y pagó dos mil 813 pesos con tarjeta vinculada al banco Santander. 

En el papel, era una startup más entre miles. Pero dos años después, el 9 de junio de 2025, su nombre reapareció en otra base de datos, esta vez con un peso completamente distinto. El Departamento del Tesoro de Estados Unidos lo señaló como operador financiero de una célula del Cártel de Sinaloa liderada por Víctor Manuel Barraza Pablos, bajo el mando directo de Los Chapitos. Junto a él, también fue sancionada su esposa, Sheila Paola Urías Vázquez.

A diferencia de las empresas que el gobierno estadounidense sí incluyó en su lista —con nombres ruidosos como Club Playa Real o Sea Wa Beach Club— CriptoMex no figuró en el comunicado oficial. No estaba en la mira de Washington. Fue en México donde apareció, registrada de forma impecable y con una denominación que evocaba modernidad, libertad financiera y tecnología blockchain. En realidad, es otra pieza en el rompecabezas financiero de un grupo que no solo controla rutas de fentanilo, sino también un portafolio sofisticado de negocios legales.

Núñez Ríos y su esposa habían construido, en silencio, una decena de empresas en Mazatlán. Los giros eran tan variados como oportunos: spas, clubes de playa, renta de vestidos, inmobiliarias, comercializadoras, agencias de marketing. Todas operan como negocios convencionales, con nombres corporativos formales y estructuras que no despertaron sospecha. Pero según la Oficina de Control de Bienes Extranjeros, eran fachadas: herramientas para lavar dinero y ocultar ganancias ilícitas de la organización criminal más poderosa de México.

El hallazgo de CriptoMex a nombre de un individuo hoy designado por Estados Unidos como facilitador financiero de un grupo terrorista global abre una pregunta más profunda: ¿cuántas otras marcas están registradas en México bajo los nombres de personas que ya fueron detectadas fuera del país? ¿Qué mecanismos existen para que el Estado mexicano cruce automáticamente sus registros con las listas internacionales de sancionados?

El caso también muestra cómo ha cambiado el rostro del narco. Ya no se esconde detrás de alias ni recurre a testaferros improvisados. Registra marcas. Declara impuestos. Firma como persona física ante el IMPI. Y lo hace con la convicción de quien sabe que, dentro del sistema legal, no hay quien lo esté buscando. Las autoridades mexicanas, por ahora, no han emitido comentario alguno sobre esta marca, ni las empresas, ni los señalados por EU. 

CriptoMex sigue activa en el registro nacional de signos distintivos. No ha sido cancelada, ni observada. Está viva en papel. Y al igual que las otras empresas de Núñez Ríos, fue diseñada para pasar desapercibida, al resguardo de la formalidad burocrática.

A diferencia de las diez empresas mencionadas directamente por el Tesoro estadounidense —como Beach y Marina S.A. de C.V., Club Playa Real y MKT 24 Siete—, Cripto Mex se presenta como una marca silenciosa, sin actividad conocida en redes sociales, sin página promocionada, pero con presencia en los registros oficiales del Estado mexicano. El sitio web criptomex.com.mx ofrece únicamente frases genéricas sobre libertad financiera y tecnología blockchain.

Estados Unidos ha intensificado su ofensiva legal contra Los Chapitos con nuevas sanciones y la clasificación como grupo terrorista. México, hasta ahora, no ha emitido ninguna reacción sobre estas empresas. CriptoMex permanece legal, inscrita, y al margen de cualquier investigación pública.

El caso ilustra una estrategia más sofisticada por parte del crimen organizado: dejar de operar solo en efectivo y dar el salto hacia instrumentos legales y financieros modernos —incluyendo el registro de marcas, la creación de plataformas digitales y la simulación de emprendimientos tecnológicos—. El narcotráfico, antes clandestino, ahora también está inscrito en letras negras en los archivos del IMPI.

EL SOL DE MÉXICO

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Hiroshi Takahashi

Hiroshi Takahashi se ha especializado en el campo del periodismo de investigación, científico y tecnológico en la UNAM, la Universidad Iberoamericana, el ITESM, The Florida International University (FIU), entre otras universidades.

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