Hiroshi Takahashi
Por Hiroshi Takahashi
Lo que estaría ocurriendo en la Comisión Estatal del Agua de Jalisco ya ha comenzado a levantar alarmas en distintos círculos. Según fuentes internas con conocimiento del caso, la institución atraviesa por una aparente crisis que podría estar relacionada con presuntas prácticas de nepotismo y asignación irregular de contratos. A quien se señala directamente es a Alberto José Vázquez Quiñones, actual director administrativo de la CEAJ.
De acuerdo con los testimonios a los que se tuvo acceso, Vázquez Quiñones habría adjudicado de forma directa un contrato para el transporte de agua por más de 4.6 millones de pesos a una empresa cuyo giro original estaba vinculado a la impresión, lo cual ha encendido más de una alerta.
Le hablo de la compañía, Nítido Taller Creativo S.A. de C.V., constituida en 2022 y cuyo objeto social se modificó apenas en 2023. Inusual que una empresa con ese perfil reciba un contrato de tal magnitud sin licitación pública.
Además, algunas fuentes internas han reportado que familiares directos de Vázquez Quiñones ocuparían cargos clave dentro de la CEAJ y el Sistema Intermunicipal para los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA). Entre ellos, se mencionan a su hijo, hermano, sobrino y nuera. Aunque hasta ahora no se ha presentado evidencia concluyente, el hecho de que existan vínculos familiares en estructuras tan estratégicas ha generado preocupación entre quienes observan de cerca el funcionamiento de los organismos de agua en Jalisco.
Pero esta situación no parecería limitarse al círculo del funcionario mencionado. También podría haber más casos. Según reportes no oficiales, otros altos mandos de la CEAJ habrían colocado a familiares en puestos operativos y administrativos. De confirmarse, estaríamos hablando de una especie de conflicto de interés institucionalizado, además de la evidente falta de mecanismos para prevenir.
Cabe señalar que, en 2017, Vázquez Quiñones fue uno de los aspirantes a dirigir la Auditoría Superior del Estado. Aunque no obtuvo el cargo, posteriormente fue incorporado al órgano fiscalizador, y más tarde asumió su actual puesto en la CEAJ. Hasta el momento, esta columna no tiene conocimiento de que se hayan presentado denuncias formales que respalden de forma definitiva los señalamientos. Sin embargo, lo que sí existe es una creciente inquietud en torno al CEAJ, particularmente tratándose de un aspecto tan sensible como lo es el acceso al agua.
En Jalisco, el agua no sólo escasea en los hogares, también parece desbordarse en los contratos opacos y en los árboles genealógicos que florecen en la nómina pública. Mientras tanto, el silencio oficial es tan turbio como el sistema que debería garantizar el derecho más básico: el acceso al agua limpia.
De inmediato pensamos en Morelos, en Atizapán y en otras regiones del país en donde las investigaciones alrededor del agua se han quedado perdidas en el limbo burocrático que destila puro miedo. Les seguiremos informando.
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