Redacción El Coahuilense
Por Daniel Cárdenas y Andrés Flores // CEDIL
El caminar debiera ser la manera más sencilla y segura de desplazarse. Sin embargo, en la zona oriente de Saltillo transitar a pie a menudo representa un peligro diario. Pese a las recientes modificaciones en las que se eliminó la rotonda de Mirasierra para instalar semáforos, miles de residentes sufren las consecuencias de una ciudad que parece diseñada en detrimento del peatón.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2015 habitaban cerca de 58 mil personas la zona oriente de Saltillo. Para 2020, fecha del último censo, la cifra subió a más de 101 mil personas. De acuerdo con calculos del CEDIL, esta cifra ascendería a cerca de 150 mil personas en 2025. Lo anterior, la convierte en la zona más densa de la ciudad.
¿Qué es la transitabilidad?
La transitabilidad es un concepto fundamental en la planificación urbana que se refiere a la capacidad de una ciudad o un área para ser transitable a pie de manera fácil, segura, cómoda e interesante. No se trata sólo de tener aceras, sino de un enfoque integral que influye en la vitalidad urbana y sirve como un indicador clave de la misma.
Promueve la actividad física y resulta ser un factor protector ante problemas de salud como diabetes, obesidad e hipertensión, entre otros. Además del hecho de caminar, la transitabilidad es un factor de suma importancia en la interacción de las personas y su entorno.
En la colonia Mirasierra las calles no son transitables; pese a su densidad y relevancia urbana, la zona presenta condiciones poco óptimas para caminar: hay banquetas en mal estado, falta iluminación, calles sin señalización, vialidades hostiles y un entorno poco seguro que hacen que la simple acción de caminar o trasladarse se vuelva una experiencia riesgosa y aversiva para los habitantes de la zona. Tal como afirma Sabrina, habitante de Mirasierra en la zona oriente de Saltillo: “No hay banquetas. Uno va por la orilla de la calle… cuidando que no te vayan a aventar el carro”.
“Si no se anda con cuidado…”
Durante una serie de entrevistas, residentes de Ciudad Mirasierra expusieron sus preocupaciones sobre la seguridad peatonal. Los testimonios revelaron una situación inquietante donde caminar por el vecindario se percibe como inseguro, generando estrés y hasta peligro.
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Las mujeres compartieron sentirse en peligro al transitar solas incluso cerca de su hogar, y jóvenes consideran que cruzan arriesgadamente las grandes avenidas por falta de puentes peatonales o señalizaciones que les permitan transitar sin poner en riesgo su vida.
Por si eso fuera poco, varillas, pozos y basura invaden las banquetas, lo que les coloca en riesgo de sufrir caídas o accidentes más graves.
En Coahuila existen aproximadamente 725 mil vehículos particulares, esta cifra es considerable tomando en cuenta que el estado apenas rebasa los tres millones de habitantes, lo que habla de que se sigue priorizando al automovilista antes que al peatón. Según proyecciones del CEDIL, en Saltillo se registra aproximadamente un automóvil por cada cuatro habitantes, lo que se traduce en 250 vehículos por cada mil personas. Sin embargo, lo más relevante es la marcada tendencia al alza del parque vehicular en la ciudad.
Informes periodísticos e instituciones gubernamentales dan cuenta que en la última década el crecimiento de automóviles ha triplicado el de la vivienda. Esta situación sugiere un incremento constante en la tasa de automotores por habitante, con importantes repercusiones en la planificación urbana, la implementación de estrategias de movilidad sostenible, la calidad del aire y la gestión del tráfico en Saltillo.
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Sabrina describe las carencias que identifica en su día a día al transitar a pie por las banquetas de su zona desplazándose al trabajo o a hacer el super:
“Hacen mucha falta las banquetas, no tienen cemento, están descuidadas y con pozos. También la iluminación… Se oscurece y las luces siguen sin encender hasta más tarde y no puedes ver si hay algo.”
Además, su percepción de poder caminar libremente no sólo se limita a las condiciones físicas del entorno peatonal, sino que también –menciona– la poca percepción de seguridad que siente al tener que atravesar estas calles a pie todos los días. “Hay que tener mucho cuidado y no andar solos y menos de noche. Siento que falta un poco más de vigilancia por estos lados”.
Al igual que Sabrina, otras mujeres viven experiencias similares. “Hubo personas que me siguieron y dieron sustos a horas poco transitadas, poco habitadas y sobre todo poco iluminadas”, dice Ileana, joven habitante de Mirasierra.
Entre 2021 y 2023 se contabilizaron en Coahuila 992 peatones lesionados y 60 fallecidos en incidentes viales, de acuerdo con información del INEGI.
El CEDIL prevé que para los primeros cinco meses de 2025 esa cifra aumente a mil 459 peatones muertos y 88 heridos.
En Mirasierra los accidentes se encuentran a la orden del día, pues si no se anda con cuidado uno puede toparse con obstáculos peligrosos. “Una vez me caí en un pozo porque no lo vi, y al caer en el pozo me lastimé el tobillo. Otra es que al querer bajarme de una banqueta estaba una varilla afuera y se me metió el pie, me caí para adelante y otra vez me torcí el tobillo”, cuenta Sabrina.
Deterioro a sus pies
El equipo del CEDIL Saltillo se dió a la tarea de registrar mediante fotografías y diario de campo, en diversos horarios y sectores de la zona oriente en Mirasierra, aspectos que complementan las experiencias personales obtenidas en las entrevistas.
En primer lugar se observaron banquetas en malas condiciones, muchas de ellas agrietadas, desniveladas, obstruidas por postes, vegetación o estructuras y escombro; en algunos casos no había banquetas.
En cuanto a la seguridad, existen calles poco transitadas, con escasa visibilidad debido a la insuficiente iluminación, terrenos baldíos descuidados, callejones obstruidos y con acumulación de basura y escombro. Todos estos elementos generan una percepción de inseguridad, especialmente para quienes caminan solos o durante la noche.
De igual manera es común encontrar diversas zonas con basura acumulada, escombro, residuos orgánicos y líquidos estancados generando olores desagradables que vuelven el entorno poco atractivo e incluso insalubre.
La señalización y los espacios inclusivos fueron otro aspecto deficiente: no se encuentran rampas para sillas de ruedas ni guías para personas con discapacidad visual. Además, son pocos los cruces peatonales señalizados, no existen semáforos peatonales ni indicaciones claras para la circulación y pase de personas que transitan caminando. Existen tramos largos de avenidas de alta velocidad en las que no hay cruces peatonales seguros.
El Saltillo utópico
Sabrina considera que “se deben buscar estrategias para conocer y percibir las necesidades de cada persona; no sólo hacer encuestas, porque eso sí preguntan y todo, pero seguimos igual, nos hace falta transporte, banquetas e iluminación…”
De acuerdo con información de la Unidad de Administración de Recursos del Municipio, el dinero obtenido por multas en Saltillo es de aproximadamente siete millones 332 mil 419 pesos de enero a marzo del presente año. Sin embargo, no se aclara hacia dónde están destinados. ¿Sería una buena idea utilizarlos para mejorar la transitabilidad de la ciudad?
Caminar debe ser la primera opción en rutas cotidianas, especialmente en zonas densas. La transitabilidad en el oriente de Saltillo tiene deficiencias estructurales, sociales y de planeación urbana, afectando la calidad de vida.
La inseguridad y vulnerabilidad son constantes por falta de infraestructura y debido a experiencias de delito. La planificación urbana parece ignorar la experiencia emocional del peatón.
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