Por Ana Castañuela y Arturo Rodríguez
A principios de mayo un grupo de empresarios radicados en Torreón y con acceso a Palacio Nacional llevaron personalmente su preocupación a la Presidencia de la República sobre la intensificación de operaciones de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM) en la Laguna de Durango.
Al ser una zona metropolitana donde los empresarios agroindustriales suelen tener operaciones en los dos estados, la presunta presencia de miembros de la CATEM se manifestaba en el cobro de cuotas a transportistas y pequeños productores, con amagos de violencia.
Hasta ahora la CATEM no ha rechazado ni reivindicado las acciones que se presentaron en denuncias por redes sociales de manera muy similar al cobro de derecho de piso. Pero lo cierto es que, con dos nombres identificados, el asunto llegó a Palacio Nacional.
De acuerdo con fuentes consultadas por El Coahuilense Noticias –las cuales pidieron mantener el anonimato-, el asunto se abordó en el vuelo que el gobernador de Coahuila, Manolo Jiménez, y la presidenta Claudia Sheinbaum realizaron de Sabinas a Torreón el pasado 14 de mayo.
Dos semanas después, con más presión de lo usual por parte del empresariado, el gobernador Manolo Jiménez advirtió en rueda de prensa que Coahuila no permitirá la entrada de organizaciones ni sindicatos “malandrines”. Aunque no la identificó por nombre, el asunto se interpretó en la opinión pública como una advertencia a la CATEM.
Ese día el mandatario estatal fue más explícito al referir que, con el respaldo de la presidenta Claudia Sheinbaum, buscaría reforzar las acciones para blindar a Coahuila de estos grupos con el fin de mantener la seguridad y estabilidad laboral en la entidad.
El asunto causaba para entonces preocupación en sectores industriales, pequeños productores, la clase política tradicional y, naturalmente, en el sindicalismo cetemista cuasi hegemónico en la entidad.
Choque de centrales
Desde que la Catem, aliada al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, tuvo una importante expansión, su arribo a la entidad provocó preocupación. Y hoy más que nunca. Al ser la estabilidad laboral uno de los factores que la inversión extranjera toma en cuenta, la irrupción de la central obrera tiene alarmados a los industriales en un contexto de estancamiento, pues desde febrero no hay inversionistas debido a la incertidumbre por las constantes amenazas arancelarias del gobierno de Donald Trump.
De acuerdo con los indicadores de la Secretaría de Economía federal, Coahuila tiene entre sus principales actividades económicas la fabricación de maquinaria y equipo (22%); comercio (11.3%); servicios inmobiliarios y de alquiler de bienes muebles e intangibles (10.7%); industrias mecánicas básicas y fabricación de productos metálicos (9.1%); y, transportes, correos y almacenamiento (6.7%).
La CATEM tiene interés en la mayoría de esos sectores, y por las experiencias vividas en otras entidades federativas, la representación de trabajadores a veces puede tornarse violenta.
Ya desde marzo de 2019, el dirigente cetemista, Tereso Medina Ramírez, solicitó “blindar” a Coahuila para que la CATEM no afectara la estabilidad y el crecimiento de empresas y trabajadores.
Además, alertó a los trabajadores coahuilense para no dejarse manipular con falsas promesas, y los llamó a aplicar un sindicalismo responsable.
Señaló que la CTM sí está dada de alta en Hacienda y tiene rendición de cuentas y transparencia, una expresión que se refería a la abundancia de recursos de la CATEM.
En los años siguientes, salvo por ciertos intentos de asumir el liderazgo en Altos Hornos de México, la CATEM permaneció casi ausente en la entidad.
En diciembre de 2020 Miguel Batarse, un empresario lagunero sin antecedentes en la organización obrera ni el sindicalismo, tomó posesión como secretario general de la CATEM en Coahuila. El líder nacional de la organización sindical, Pedro Haces, y el entonces gobernador Miguel Ángel Riquelme, atestiguaron el evento.
Aunque originario de Torreón, el líder de la CATEM en Durango es Armando Nassael Cobián, experimentado en la organización sindical y con episodios sonoros por su operación en el entorno de la dirigencia nacional que encabeza Pedro Haces, de quien es uno de sus colaboradores de confianza.
La historia política de Armando Nassael Cobián se desarrolló originalmente en Coahuila. Inclusive, fue parte de un grupo de jóvenes enviados a estudiar a Washington durante la administración de Humberto Moreira, con énfasis en liderazgo. En el priismo de los tempranos dos miles, hizo amistad con diferentes personalidades; entre estas, Tereso Medina, con quien tuvo una relación respetuosa en los años siguientes.
Por su parte, Tereso Medina ha mantenido un férreo control de la clase trabajadora desde que asumió la dirigencia estatal. Bajo una idea de “nuevo sindicalismo”, acapara la mayor parte de los contratos colectivos de la industria coahuilense, que se ha caracterizado por ser poco combativa y aceptar condiciones empresariales, como los paros técnicos eventuales, con el argumento de conservar las fuentes de empleo.
Si bien es cierto que los ingresos de los trabajadores y sus prestaciones han mantenido la calma en los gremios, hay momentos en los que la mano dura se ha hecho sentir, como ocurrió el año pasado en Tupy, donde un movimiento de trabajadores fue aplastado por la CTM en alianza con la patronal.
El encono
El pasado 3 de julio, durante una votación sindical celebrada en la empresa Mahle Pistones, en Ramos Arizpe, un grupo de afiliados a la CATEM irrumpió en las instalaciones con el fin de reventar las elecciones.
La disputa, que escaló y obligó la intervención inmediata de las fuerzas de seguridad pública, se dio entre integrantes de la CTM y la CATEM, quienes buscan el control del contrato colectivo de trabajo de la empresa.
Actualmente es la CTM quien representa a la base trabajadora.
Derivado de los hechos, la jueza de distrito del Tribunal Federal Laboral, Karime Pérez Guzmán, dictaminó la suspensión del proceso hasta nuevo aviso.
La CTM denunció que los trabajadores sindicalizados han sido víctimas de presión e intimidación durante el proceso electoral por parte de la CATEM, con el fin de persuadir a los empleados para que cambien de sindicato, inclusive mediante amagos de violencia, con armas de fuego en visitas domiciliarias.
Según el secretario general del Sindicato de Trabajadores y Oficinas de la Industria y el Comercio de la CTM, Arturo Dávila, sus agremiados están recopilando pruebas y testimonios de las supuestas amenazas y presentarán una denuncia formal ante las autoridades.
Por su parte, la Secretaría del Trabajo del Estado aseguró mediante un comunicado que está monitoreando el proceso de elección sindical para verificar que se respete el marco legal y los derechos de los trabajadores sin importar sus preferencias sindicales.
La aclaración no es ociosa. El lunes 7 de julio, después de las tensiones en Mahle y una nueva declaración del gobernador sobre los hechos, el dirigente nacional Pedro Haces emitió un videomensaje denunciando que la secretaria del Trabajo, Nazhira Sogby, era en realidad una empleada de Tereso Medina. Además, exigió al gobernador respeto a la libertad sindical y a la CATEM.
Lo anterior ocurrió luego de que, durante la inauguración de la Escuela Nacional de Liderazgo Laboral de la CTM, el gobernador reiterara su advertencia sobre no permitir la incursión de este tipo de agrupaciones en Coahuila, pues atenta contra la estabilidad laboral y el desarrollo de las familias.
El dirigente estatal de la CTM siguió la postura del mandatario estatal y acusó a la CATEM de violar la intimidad de los trabajadores de la empresa Mahle, pues presuntamente obtuvieron datos personales de los trabajadores para hostigarlos. Además invitó a sus agremiados a no dejarse engañar por nadie.
Mientras en las declaraciones a medios y las tensiones iban creciendo, la Procuraduría del Trabajo se puso a disposición de los trabajadores sindicalizados para darles asesoría legal y denunciar amenazas o delitos ante la Fiscalía General del Estado.
El secretario general de la CATEM en Coahuila, Miguel Batarse, aseguró que hasta ahora su organización cuenta con más de 12 mil trabajadores afiliados en Coahuila y ha logrado desplazar a la CTM en diversas empresas, entre ellas Controls, GST y Fundilag Hierro.
Según esto, de 2020 a la fecha, la CATEM ya había agrupado 56 sindicatos en Coahuila, 27 de ellos de La Laguna.
Durante una entrevista al medio El Horizonte, Batarse criticó que en Coahuila hay favoritismo por la CTM, pues la CATEM ha sido excluida de ferias de empleo, pactos laborales y eventos oficiales impulsados por la Secretaría del Trabajo Estatal.
Los temores respecto a la CATEM radican en sus presuntas prácticas ilegales y antidemocráticas. En otras entidades ha protagonizado diversas disputas territoriales y luchas sindicales, y desde 2019 ha sido acusada de trastocar la estabilidad tras generar una guerra sindical contra organizaciones como CTM, CROC y CTC.
Entre estas, la disputa contra la CTM por el contrato colectivo de la refinería Dos Bocas, en donde hubo enfrentamientos violentos; y recientemente en Querétaro un sindicato ligado a la CATEM engañó a los empleados de la empresa Modern Metal Alloys y los trató de convencer sobre supuestos beneficios al cambiar de sindicato.
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