Redacción El Coahuilense
El Coahuilense
Antes del amago de transitar a Morena y luego recular, Mario Cepeda tuvo una fiesta de cumpleaños con sentido político: el 13 de abril, en el Club de Leones de Torreón, el veterano ceneopista convirtió su festejo en un acto para la unidad priísta en la que tuvo por invitados de honor al dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, y al gobernador Miguel Ángel Riquelme.
Como mucho por estos días, el festejo se convirtió en un acto para el arropamiento al joven exalcalde de Saltillo, quien es considerado el candidato oficial, Manolo Jiménez Salinas. Empero, presente en el lugar, Román Alberto Cepeda aprovechó la ocasión para dirigirse a Moreno Cárdenas con una salutación:
“Recuerde, presidente, que en Torreón también hace aire”.
No era el favorito del grupo político de Miguel Ángel Riquelme para ser candidato a alcalde de Torreón y no lo es para ser candidato a la gubernatura que, por el adelanto del dirigente del PRI, Rodrigo Fuentes, se decidirá con una consulta abierta a la ciudadanía.
El solo anuncio de Fuentes precipitó los señalamientos de “piso disparejo” que acusa el diputado Jericó Abramo y, desde la Laguna, el alcalde torreonense levantó la mano alegando dos factores: su trayectoria de 28 años en la política sin escándalos y una votación histórica que arrasó con más de 131 mil votos, resultado que lo coloca en posición de aspirar a la candidatura al gobierno estatal en 2023.
“Yo creo que los resultados habrán de marcar el camino respetando los tiempos. Pero aspiración hay y voluntad también”, remata.
La prosapia priísta y empresarial de Román Alberto Cepeda se remonta a 70 años con su nombre en homonimia transgeneracional asociado a la vida pública: es el tercer Román Cepeda que ha sido alcalde de Torreón (antes lo fueron su abuelo y su hermano Carlos Román), en tanto, su abuelo materno, Rodolfo González Treviño, también ocupó el cargo.
La importancia política también es empresarial dado que su abuelo Román Cepeda Flores, que fue gobernador de Coahuila de 1951 a 1957, incursionó a la usanza del alemanismo en los negocios, al ser fundador y primer presidente del consejo de administración de Pasteurizadora Laguna, el antecedente de Grupo Lala.
Por su cuenta y riesgo
Román Alberto Cepeda ha sido diputado local en la misma legislatura que Miguel Ángel Riquelme, de quien es compadre; fue secretario del Trabajo en el estado, delegado de la Secretaría de Agricultura federal en Coahuila, entre otros.
Este abogado de 55 años finca hoy en su trayectoria la oferta de su aspiración, en un contexto de posicionamiento del más joven de los aspirantes, el saltillense Manolo Jiménez, una confronta con la que sin embargo no se anima a mencionar el nombre cuando responde a sus condiciones para la contienda.
“Mi aspiración la baso en mi trayectoria. Aunque son importantes varias cosas. La principal es que no se debe aspirar sin responsabilidad. Y (mi) responsabilidad es probada con una trayectoria que avala la aspiración que uno tiene, sin obsesiones. Las obsesiones son malas en la empresa y en el servicio público”.
Continúa:
“Vivo en Torreón, una sociedad profundamente aspiracional y joven, iría en contra de la esencia de cualquier torreonense si no aspirara a más”.
Cepeda hace un recorrido por los cargos que ha desempeñado, así como de su actuación como alcalde de Torreón y añade: “el mejor aval sería ese para tomar la decisión que tenga que tomar en su momento”.
Ergo. La decisión no está tomada. Hay aspiración ha dicho, hay voluntad. Entonces se le cuestiona el método de selección de candidato.
“La democracia es algo que llegó a México, llegó y no tenerla en cualquier partido político es equivocarse. Hoy los errores cuestan y cuestan elecciones. Por supuesto, creo en los procesos democráticos, la validación de trayectoria, la responsabilidad.
“No estamos aislados. La globalización ha traído cambios en lo económico, en las prácticas políticas, en lo jurídico. La política no puede ser ajena a un mundo globalizado, donde la democracia y las prácticas políticas, se han validado y abierto”.
Aterriza:
“Se requieren mecanismos que garanticen la participación en procesos democráticos y que, como partido, te lleven a ganar elecciones. Estamos en 2022 y Coahuila no es ajeno a todo eso, hay que poner en práctica la democracia”.
“Pero lo que me toque resolver en el tiempo preciso lo decidiré, mientras tanto, mi mejor aval es construir el Torreón que queremos en el tiempo que me toca antes de tomar la decisión, inclusive la de no participar.
La ruta de la interna
En el fondo, la entrevista con Román Alberto Cepeda transita por un mismo camino: un asunto de respeto. Respetar la trayectoria, las voces diversas, reconocer lo que cada uno de los actores ha hecho en la ruta de la sucesión.
“El punto es respetar las voces. Sabemos que tomar decisiones en el partido político que yo milito –levantar la mano, tomar acuerdos y reconocer resultados– a un año prácticamente (de la elección), es importante reconocer a quienes quieran participar. Y eso siempre nos llevará a buenos resultados”.
– Esa decisión de respetar voces ¿de quién es?
– Al partido le toca decidir cómo, quiénes, cuándo conforme a los tiempos.
La ruta, el camino, son expresiones frecuentes en las alocuciones respecto a la sucesión gubernamental de 2023.
Román Alberto Cepeda sostiene que las condiciones de piso parejo son lo de menos.
Concluye:
“En uno está decidir si le entras así. Al final, para bien o para mal, la consecuencia y la decisión final es de la ciudadanía que también validará si fue un proceso fue democrático o no. Entonces lo que sí creo es que uno decide si en el escenario que está dispuesto, sea disparejo o no, le entras o no. Si no hay condiciones pues no participas y si aun con las condiciones en contra, decides que sí le entras, lo haces sin quejarte”.
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