Redacción El Coahuilense
El período de promoción, o como quiera que se llame al campañeo que este año innovó con la elección judicial, ha terminado y entre los aspectos a analizar destaca el hecho incontrovertible de que, al menos por ahora, el sistema de partidos parece imprescindible.
Por lo visto la idea más o menos extendida de que los partidos políticos son un modelo agotado quedó reducida a mito toda vez que el desarrollo del proceso electoral no pudo prescindir de su participación. Tan es así que debieron inmiscuirse los partidos, destacadamente el oficial, en la difusión de la elección, e inclusive, en la orientación para votar.
Un segundo aspecto tiene que ver con las formas de campañeo. La idea más o menos extendida de que las redes sociales resuelven todo resultó también un mito, que esta vez dejó reducido a un mínimo el conocimiento de quienes se postulaban y basta preguntarle a cualquier ciudadano si tiene idea, por ejemplo, de quién es su candidato a magistrado y qué circuito le toca para enfrentar la realidad.
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Un tercer asunto, muy extendido sobre todo por el lopezobradorismo, es la creencia de que la ciudadanía despertó, está politizada. Su verificación será el próximo domingo cuando podamos darnos una idea del nivel de participación pero, de ser cierto lo que dicen las encuestas, nos enfrentamos a mínimos de participación histórica.
El saldo en el IEC
Poca atención ha tenido el Instituto Electoral de Coahuila (IEC) en este proceso electoral y la razón, parece ser, es que no ha dado de qué hablar pues las cosas se están haciendo bien.
El consejo general que preside Óscar Daniel Rodríguez y tiene como secretario ejecutivo a Gerardo Blanco, resolvió el proceso a todo vapor de enero a la fecha y muy a pesar de un par de inconvenientes: la remoción del presidente Rodrigo Germán Paredes Lozano y la posibilidad de que regresara, hasta que dicha remoción fue confirmada por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
La inconveniencia es que un movimiento así en cualquier otra institución generaría incertidumbre, pero los trabajos no se frenaron, el consejo general actuó de manera disciplinada y, si bien podrían contarse algunos casos de apatía, lo cierto es que en su mayoría cada quien hizo lo que le tocaba bajo el liderazgo de su presidente, quien logró conciliar las diferencias que con su antecesor se profundizaban.
Así que, sin contratiempos, la elección en Coahuila, se puede anticipar en absoluta calma y normalidad democrática.
La doble y hasta triple apuesta
Como hemos venido informando en días pasados, la renovación de tres consejerías y la presidencia del IEC sigue en proceso. Esta semana ha corrido mucha tinta en relación a los perfiles de los 17 hombres y 18 mujeres que pasaron el primer filtro y mostraron sus conocimientos.
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En ese contexto, no deja de llamar la atención que uno de los nombres en la lista de hombres, Carlos Alejandro Moreno Muñiz, y una de la lista de mujeres, Clara Patricia Mujica Valdez, estén ahora mismo en las boletas electorales.
Moreno Muñiz es candidato a juez de distrito mientras que Mujica Valdez lo es a magistrada electoral federal y, en medio de ambos procesos, participó también en la selección del Tribunal Electoral del Estado.
Solemne pero no tanto
El dress code marcaba colores claros y telas delgadas para las mujeres; guayabera para los hombres. Pero a la hora de la sesión solemne del Congreso del Estado, hubo quienes llegaron a sesionar ataviados de traje y texana, o bien, con vestido estampado y hasta con short. De hecho se veían bien como para una primera comunión en la que cada tío y tía llega a cumplir a veces de mala gana.
Total que la vestimenta para la solemnidad contrastó un poco con las galas de los vecinos de San Buenaventura que, sin embargo, les dieron trato de rockstar desde su arribo y hasta terminada la comida que, hay que decirlo, fue desairada por varios legisladores.
Faltaron a la sesión Alberto Hurtado, Antonio Attolini y Beatriz Fraustro, estos dos últimos, asegún, por problemas de salud. Fueron varios los que fallaron a la comida que ofreció el alcalde Hugo Iván Lozano, pero destacadamente fallaron los líderes del PRI y del PAN, Carlos Robles Loustaunau y Gerardo Aguado, que junto con los otros faltistas, sumaron al agravio a la localidad.
Sin embargo, el alcalde, las autoridades municipales y las gentes distinguidas de la localidad convocadas a sesión y ágape, obviaron esa minucias y estuvieron contentos por la distinción de elevar a Patrimonio Intangible del Estado la Feria de San Buenaventura. Ellos muy bien, de los diputados…
De linces a lobos
En noviembre pasado, este espacio informó lo que se cocinaba en lo oscurito: el cierre del campus Torreón de la Universidad del Valle de México. La medida fue tan poco empática que dejó ver a la UVM como lo que es: un negocio de capital golondrino.
Convertido el campus desde hace meses en el estacionamiento de una importante concentradora de concesiones automotrices, la UVM nada más se fue y, aunque ofreció algunas opciones, eran demasiado complicadas de asumir por las familias de los muchachos.
Ayer se dio a conocer que 33 jóvenes fueron aceptados en el Campus Laguna de la UAdeC y que, para la revalidación de sus materias, el rector Octavio Pimentel instruyó darles respaldo en el pago de sus revalidaciones.
Una vez más, la universidad pública salió al quite honrando el lema que le distingue.
Tenemos exorcismo
Una acción de oficio podría realizarse desde la Fiscalía General del Estado, la Secretaría de Salud y la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Coahuila, sólo para determinar si la práctica de un “exorcismo” no vulneró derechos o impactó la salud de una persona en Ciudad Frontera.
Fue en la parroquia del Verbo Encarnado donde un cura de nombre Paulo Sánchez Valencia practicó un ritual cuyo contenido se desconoce porque, según dijo, la persona intervenida había “abierto portales” que posibilitaron una manifestación demoníaca.
A decir del obispado de Hilario González, para llegar a eso descartaron causas médicas o psicológicas.
Pero como se supone que se vive en un Estado laico y de derecho, además de que esto no es la Edad Media, lo mínimo que se esperaría de las autoridades sería una revisión de lo ocurrido, no vaya a ser que le hayan violado derechos o abusado de una persona con el agravante de que fuera un incapaz.
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