El rostro de Mejora en la Laguna, Hugo Dávila, explotó. Al parecer, la incertidumbre por conservar unas nóminas en lo que considera su feudo, la dirección de Transporte municipal, derivó en amenaza de partir madres, a gritos y manoteos, específicamente al titular del área, César Armando Alvarado.
Los rugidos de Hugo Dávila captaron la atención de los asistentes al evento que encabezaba el alcalde Román Alberto Cepeda, destacadamente cuando profirió la amenaza tirando violentamente del brazo a Alvarado a quien sentenció con golpiza si le llega a correr a alguien de “su gente”.
Esa declaración motivó amplio chismorreo, por implicar la confesión de parte que es tener a “su gente” está en la nómina municipal.
Se quiso meter Ariel Martínez Mendoza a calmar las cosas pero literalmente, sucede que el que quiere meter paz saca más, de manera que el pobre jefe de Gabinete acabó aventado también con tremendo impacto al pecho.
El bochornoso momento fue atemperado finalmente por el secretario del Ayuntamiento, José Elías Ganem, quien llamó a la calma al tal Hugo, haciéndole ver, primero, que Alvarado es director en el Ayuntamiento y debía respetarlo; luego, reconveniéndolo porque no era el momento ni el lugar para hablar de ese tema.
Al parecer no es la primera vez que un problema de carácter mete en aprietos al encargado de Mejora en la Laguna, que en los momentos siguientes al episodio no faltó quien recordara otros calores y tolvaneras.
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