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Saltillo, Coahuila.- El cierre del mercado estadounidense a la importación de ganado en pie desde México provocó un reacomodo en la cadena de suministro cárnica nacional, con un aumento de hasta 30% en el precio del ganado flaco y un crecimiento inusual en la demanda interna.
Empresas engordadoras que antes se abastecían de Centroamérica ahora buscan proveedores locales, lo que ha reducido la oferta disponible.
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«El ganado flaco se encareció mucho porque las grandes empresas ya no están trayendo de Centroamérica como antes», explicó un comerciante del norte del país, quien pidió el anonimato por razones profesionales.
Este ajuste ha generado un desbalance visible en el mercado cárnico. Aunque la exportación de carne empacada continúa, el flujo de animales vivos ha disminuido.
A ello se suma un cambio en las preferencias de los consumidores, quienes ante los precios altos de la carne de res optan por alternativas como pollo o cerdo, también afectadas por aumentos.
«El pollo subió de 33 a 55 pesos el kilo en pierna nacional. Es casi un 60%, pero no lo notamos porque la mayoría se vende empanizado, con harinas que no son carne. Es competencia desleal: compites contra algo que no es 100% proteína», señaló el comerciante.
El encarecimiento, aseguró, no se explica por un alza en los costos de producción, ya que los precios de los granos e insumos se han mantenido relativamente estables.
«La demanda superó a la producción y eso provocó alzas en todos los tipos de carne», afirmó.
Sobre la restricción sanitaria impuesta por Estados Unidos tras la detección del gusano barrenador, el panorama sigue sin claridad.
«No creo que los gringos reabran tan pronto, son muy estrictos. Hasta que no haya resultados contundentes de las campañas sanitarias, no lo van a considerar», advirtió.
Aunque las autoridades habían proyectado una reapertura para abril, el comerciante expresó dudas sobre que ocurra este año.
«Ya estamos a mitad de año y la respuesta fue simplemente ‘patear el bote’. La verdad es que cada vez nos exigen más», dijo.
Para quienes se sostienen del mercado nacional, el impacto es evidente.
«Yo tengo mil 800 cabezas y las alimento todos los días. A veces es más fácil opinar cuando tienes 100. No es tragedia, pero tampoco es menor el ajuste que viene», concluyó.
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