Por Álvaro Delgado Gómez
El fugitivo Hernán Bermúdez Requena, acusado de ser el jefe del cártel “La Barredora” de Tabasco, sirvió desde 1992 a los gobernadores Manuel Gurría Ordóñez, Roberto Madrazo Pintado y Manuel Andrade Díaz, todos priistas que lo tenían como uno de los suyos, pero llegó a la cumbre del poder con Adán Augusto López Hernández, el poderoso Secretario de Gobernación de Andrés Manuel López Obrador y actual coordinador de los senadores de Morena que está obligado a rendir cuentas sobre la “pudrición” criminal del estado y que impone, otra vez, una revisión puntual sobre las mafias infiltradas en la Cuarta Transformación.
En momentos en que el Gobierno de Estados Unidos se entromete con mayor insolencia en asuntos que conciernen sólo a los mexicanos, el escándalo de este policía de raíces priistas compromete a la gestión de la Presidenta Claudia Sheinbaum, quien designó como parte de su Gabinete ampliado a quien también fue jefe de Bermúdez Requena, el Gobernador sustituto Carlos Merino Campos, quien ahora es responsable de toda la red aeroportuaria del país y del abastecimiento de combustible para los aviones como director del Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA).
Es un momento extremadamente delicado el que vive México y exige decisiones contundentes contra las mafias criminales y sus redes de complicidad y encubrimiento del Estado mexicano, independientemente de su filiación partidaria. La mala yerba se acaba arrancándola de raíz, no podando sus hojas que sólo sirven de abono.
El caso de Bermúdez Requena revela una crisis del modelo delincuencial no sólo en Tabasco, sino en todo el país: La colusión de autoridades de seguridad y procuración de justicia con criminales para supuestamente disminuir la violencia y que sólo la incrementa. Y no es solamente Tabasco. Guanajuato, gobernado por el PAN desde hace 34 años, es otro caso emblemático.
Bermúdez Requena no es un personaje menor: En 1992, después de que Madrazo logra que Carlos Salinas de Gortari destituya como Gobernador a Salvador Neme Castillo con el argumento de que López Obrador estaba creciendo, llegó a Tabasco Gurría Ordóñez, político estrechamente vinculado a Carlos Hank González, acompañado de ese policía que sería director de Seguridad Pública, mientras el procurador de Justicia era Jaime Lastra Bastar, actual Diputado federal de Morena.
En ese 1992, Adán Augusto fue designado por Gurría presidente de la Junta Local de Conciliación y luego subsecretario de Gobierno, cuando se inicia el triunvirato integrado con Bermúdez Requena y Lastra Bastar que lleva tres décadas.
Mientras Bermúdez Requena era el policía más prominente de Tabasco, su hermano Humberto fue uno de los empresarios más favorecidos con obras públicas por Madrazo y hasta se hizo compadre de Miguel Cantón Zetina, dueño del diario Tabasco Hoy, y hermano de Óscar, Senador de Morena.
Como Secretario General del PRI de Tabasco, Adán Augusto fue el coordinador de campaña del priista Manuel Andrade por la gubernatura, en 2000, cuyo procurador era Lastra Bastar y quien sería, en 2019, el fiscal general de Justicia de Tabasco, mientras que Bermúdez Requena el Secretario de Seguridad estatal.
Mientras Adán Augusto fue Secretario de Gobernación, a partir de agosto de 2021, y luego frustrado candidato presidencial, Bermúdez Requena fue el encargado de la seguridad de Tabasco, hasta que las cosas se terminaron por descomponer: El 22 de diciembre de 2023, un grupo armado atacó la residencia de Bermúdez en el fraccionamiento Campestre de Villahermosa.
Fue un intento de asesinato orquestado por miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), cuya alianza se rompió y dio lugar a una confrontación con “La Barredora”, cuyo líder, Bermúdez Requena, renunció al cargo dos semanas después, en 2024.
Todo el mundo en Tabasco lo sabía y el nuevo Gobernador, Javier May, acusó que la violencia en Tabasco era consecuencia de pactos criminales con Bermúdez Requena: “Es grave el daño que le hicieron a Tabasco. Todos saben, aquí era vox populi, quién comandaba ‘La Barredora’. ¿O no sabemos?”
Desde el 14 de febrero, Bermúdez Requena huyó de México y se esconde en Brasil, como lo informó el general responsable de seguridad del estado, Miguel Ángel López, y el Secretario de Gobierno, Ramiro López Obrador, advirtió que se trata de sanear el estado y que van por otros cómplices: “Ahí está saliendo todo, toda la pudrición”.
—¿Hasta dónde se llegaría?
—Hasta donde tenga que llegar, a tope. El compromiso de Javier May es con los ciudadanos, no es con los delincuentes ni con las mafias.
Sólo hay un personaje por encima de Bermúdez Requena: Adán Augusto López Hernández, quien actualmente representa a la Cámara de Senadores, uno de los poderes del Estado. Y si, en efecto, el objetivo es ir “a tope”, entonces todo apunta al senador que aún acaricia la idea de ser Presidente de México.
Y sí: El Senador podrá decir que nunca supo nada de las andanzas de su amigo y que, en todo caso, nada se les ha probado a éste, pero es inobjetable su responsabilidad política.
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