Invasores y colaboracionistas

mayo 20, 2025
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FOTOGRAFÍA: ESPECIAL

Por Álvaro Delgado Gómez

La belicosa política de Estados Unidos hacia México ha entrado en una fase muy peligrosa: Si de las sádicas medidas antimigrantes y los obstáculos al comercio bilateral ha escalado al injerencismo diversificado y al inédito despliegue del ejército más poderoso del planeta en la frontera común, lo que está latente es una invasión a nuestro territorio, que —no se olvide—ya ha ocurrido en la historia.

En el contexto de la decadencia de Estados Unidos y de la prepotencia de Donald Trump es que se nombró como Embajador en México a un militar invasor de países y agente de la CIA, el coronel retirado Ronald Johnson, quien llegó a México el jueves 15, el mismo día que el medio estadounidense ProPublica difundió un trabajo de Tim Golden que, por su contenido, parece más un boletín de la DEA que un trabajo periodístico serio.

Y el viernes, después de que Golden dio validez a la lista de políticos mexicanos propensos a perder su visa estadounidense y que exhibe las narices empolvadas de la DEA—, el -Gobierno de Estados Unidos mandó otro mensaje ominoso: El Embajador Johnson distinguió como su interlocutor al actor Eduardo Verástegui al asistir a la cena organizada por éste, quien construye el partido político Viva México que, como él, sería un colaboracionista de Trump y de ese país.

“Hermano”, llamó el embajador estadounidense a Verástegui, quien tuvo como invitados en la cena, entre otros, a Carlos Slim Domit, el heredero del imperio Grupo Carso, y hermano de Patricio, mecenas del actor y de otros personajes y organismos de la extrema derecha mexicana que ya trabajan para éste en su proyecto de ser candidato presidencial en 2030.

No debe olvidarse que Verástegui fue uno de los invitados de Trump a su toma de posesión, el 20 de enero, junto con Carlos Slim Helú y personeros de Ricardo Salinas Pliego y entre tantas fotografías que difundió una llama la atención: La que se tomó con Johnson y con Erik Prince, un mercenario que ha participado en la invasión a países y en matanzas.

Prince, propietario de la desaparecida empresa Blackwater que apoyó al ejército de Estados Unidos en las invasiones de Irak y Afganistán —donde participó Johnson— y que trabaja para el Gobierno de Daniel Noboa en Ecuador, estuvo implicado en la masacre de Bagdad, en 2007, donde sus mercenarios mataron a 14 personas, entre ellos dos niños, a cuyos criminales Trump indultó apenas tomó posesión en su primer periodo.

Veterano de las fuerzas especiales y exSEAL de la Marina, Prince es amigo y socio de Steve Bannon, el artífice del primer triunfo de Trump, y ahora busca que éste privatice las deportaciones de indocumentados de Estados Unidos, para hacer otro de los multimillonarios negocios que ha hecho como mercenario desde los Bush.

Estados Unidos ha declarado organizaciones terroristas a los cárteles de la droga mexicanos y esto es una alerta a que las tropas de Estados Unidos, en su lucha contra el terrorismo, puede organizar operaciones militares en el territorio de otros países, en este caso México.

El propio Johnson así lo advirtió cuando compareció ante el Senado, en marzo, donde ofreció cooperación con el Gobierno de Claudia Sheinbaum en la relación bilateral, pero no descartó el uso unilateral de fuerza militar contra cárteles de narcotráfico en territorio mexicano.

“Pienso que cualquier decisión de tomar acción contra un cártel en México, nuestro primer deseo sería que se haga en colaboración con nuestros socios mexicanos”, afirmó Johnson, y enseguida dejó abierta la puerta a la invasión militar: “Dicho eso, sé que el Presidente Trump toma muy en serio su responsabilidad de proteger las vidas de ciudadanos estadunidenses y si se presenta un caso donde las vidas de ciudadanos estadunidenses estén en riego, creo que todas las cartas están sobre la mesa”.

Personajes de la derecha de México imploran que Estados Unidos venga con sus tropas para combatir a los cárteles y lo han hecho explícito los senadores Marko Cortés y Lilly Téllez, y otro colaboracionista confeso es el citado Verástegui, a quien también apoya Salinas Pliego, la nueva figura de la reacción.

La latente invasión de Estados Unidos a México tiene como antecedente, además del contexto descrito, el secuestro en Sinaloa de Ismael “El Mayo” Zambada y su traslado a ese país, el 25 de julio del año pasado, supuestamente sólo con la acción de Joaquín Guzmán López y el piloto del avión del que nada se sabe.

No: Fueron agentes estadounidenses los que invadieron territorio mexicano y eso es lo que el Gobierno de ese país, con Joe Biden primero y luego con Trump, ha ocultado hasta ahora.

Estados Unidos no es de fiar. Sólo espera el pretexto para intervenir, con el aval de los vendepatrias. Y no hay que dárselo. Sheinbaum debe ser implacable con los criminales y sus cómplices en el aparato del Estado, del signo que sea, para no dar lugar al injerencismo y a la invasión.

Tan deleznables son los injerencistas y los invasores que los que lo motivan. Sí: Los que amparan y se amparan desde las instituciones del Estado para cometer crímenes.

SinEmbargo

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