Por Daniel Cortinas
Saltillo, Coahuila.- Han transcurrido 11 meses desde que los estudiantes de la Unidad Camporredondo de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC) desconocen las instalaciones del auditorio “Emilio J. Talamás” debido a la suspensión de operaciones por el mal estado del recinto.
“Desde que entré ha estado cerrado, creo que hoy es el único día que lo he visto abierto”, comenta uno de los estudiantes ingresados el semestre pasado.


Un techo caído, con cables colgando de éste, bolsas negras que recubren las ventanas y manchas en las paredes, de las cuales no se distingue si las ocasionó el polvo o la humedad acumulada, y una placa desgastada con el compromiso de brindar instalaciones adecuadas a los estudiantes grabado en ella:
“… busca brindar servicio educativo en instalaciones adecuadas, favoreciendo así un quehacer académico reconocido por su excelencia”.
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Debido a la suspensión de actividades, el auditorio ha pasado desapercibido por los estudiantes al no formar parte de su formación académica, por lo que algunos de ellos afirman no tener claro para qué es usado este recinto.
Entre los pasillos, circula la versión de que la mala impermeabilización del recinto, sumado a las fuertes lluvias provocaron los daños al inmueble.
“Si mal no recuerdo, hace casi un año llovió muy fuerte y desde ahí el auditorio se ha quedado así, apenas hoy vi gente arreglando cosas en el techo”, menciona un estudiante de la Facultad de Psicología.
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