Redacción El Coahuilense
Frontera, Coahuila.- “Te voy a extrañar con todo mi corazón… Gracias por todo lo que hiciste por nosotros”. con estas palabras, un joven identificado como “Maldo”, despidió a su hermana Daniela Maldonado a través de redes sociales.
Daniela fue asesinada la mañana del jueves 19 de junio por su pareja sentimental, Gilberto Castro de los Santos, en el fraccionamiento La Palma, de Ciudad Frontera, Coahuila. La joven recibió al menos diez puñaladas.
Minutos después, el agresor se quitó la vida en el ejido 8 de Enero, donde fue hallado colgado de un árbol. La escena, doblemente trágica, dejó huérfana a una pequeña niña y devastó a toda una familia.
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La carta de despedida publicada por su hermano fue una súplica sin consuelo:
“Siempre fuiste fiel y fuerte, siempre que se trató de la familia estabas ahí. Me quedo con todo lo que me enseñaste, con tu ejemplo. Siempre voy a mirar al cielo buscándote. Te amo.”
Daniela era la única mujer entre cuatro hermanos. Desde muy joven asumió un rol protector cuando sus padres trabajaban fuera de casa. “Fuiste nuestra segunda madre”, escribió su hermano.
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Según las autoridades, la mañana del crimen la pareja discutió fuertemente. Testigos señalaron que las peleas eran frecuentes, aunque no se habían registrado denuncias.
Pocas horas después, Gilberto fue hallado sin vida. Las autoridades informaron que se suicidó colgándose de un árbol. Fue identificado por familiares.
Era seguidor de lucifer
Gilberto se identificaba como seguidor del luciferismo. En publicaciones recientes, defendía esta ideología como una vía de pensamiento libre, afirmando que “no hay nada más libre que Lucifer”. En su perfil, escribió: “Ser luciferino no significa adorar al diablo, sino aprender, cuestionar, dudar”.
El feminicidio de Daniela encendió las alarmas en Coahuila, donde en semanas recientes ya se habían registrado al menos dos asesinatos similares de mujeres en contextos de pareja. Karen Cadena, directora del DIF Frontera, lamentó la tragedia y recordó que hay ayuda disponible:
Estas tragedias son un reflejo de que la alerta ya está encendida. Las mujeres no están solas. Que nadie piense que debe soportar la violencia. Hay refugios, hay atención psicológica y legal. No esperemos a que sea tarde.
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