Trans-formando adversidades, la lucha por un empleo digno

junio 20, 2025
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Por Ana Castañuela

Saltillo, Coahuila.- Desde hace más de 15 años Grecia Zúñiga, mujer transexual y activista de la comunidad LGBTIQ+, ejerce como oficio el trabajo sexual por la falta de estudios y oportunidades laborales. 

Antes de su transición, cuando Grecia cursaba segundo de secundaria, se vio obligada a dejar la escuela debido al bullying y burlas de las que era víctima “por ser un joven homosexual”. 

Burlas, falta de apoyo y la necesidad de generar ingresos orillaron a Grecia a dedicarse al sexoservicio a los 16 años, cuando se fue de su casa, pues su familia no aceptaba su identidad. 

“Lo que me orilló a dedicarme a esto fue que en casa no se me aceptó de principio, pues tuve una madre y una familia que no asimilaba mi sexualidad. Entonces, salí de mi casa a los casi 16 años, y tuve que irme a vivir con unas amigas”, relata. 

Aunque tiempo después Grecia pudo recuperar la comunicación con su familia y fue aceptada, no dejó de dedicarse al trabajo sexual, pues, asegura, “los ingresos son muy generosos” y era difícil solicitar trabajo en una empresa, ya que no contaba con una identificación oficial por temor a que se invalidara su identidad.

“Nunca me animaba a pedir trabajo porque, que yo recuerde, en el INE cuando te querías tomar tu fotografía te pedían que fueras desmaquillada, que te peinaras, que te recogerás tu cabello con una cola de caballo y lambida y era algo que realmente a mí nunca me gustó”, dice. 

“No se me respetaba mi identidad tal cual, mi manera de vestir, mi manera de arreglarme, mi apariencia, y sí era pues muy incómodo. Entonces, sí se me hizo más fácil salir, pararme en una esquina y trabajar tal cual, porque pues no se me pedía ningún expediente”. 

Grecia comparte que ser trabajadora sexual es riesgoso y confiesa que cada que sale de casa “reza a los mil santos para regresar con bien”. 

“En varias ocasiones algunos clientes me han tratado de lanzar de los carros, me han tratado de echar los carros, me han golpeado”. 

Aunque asegura que las ganancias son buenas, aclara que una de las desventajas más grandes de su trabajo es la falta de beneficios laborales, como prestaciones, acceso al sector salud y a una vivienda digna. 

Comparte que, si bien considera que el sexoservicio “es un trabajo muy digno”, hubiera preferido culminar sus estudios y tener una licenciatura para poder ejercer otro trabajo. 

“Si me dieran una oportunidad de seguir con mis estudios, yo creo que sí la retomaría. Me hubiese gustado tener un título de licenciada, de abogada, para defender los derechos de las demás personas, no solamente de la población trans, ni de la comunidad LGBTIQ+”, asegura. 

Grecia Zúñiga considera que en la actualidad las mujeres trans aún carecen de oportunidades laborales; falta su inclusión en puestos públicos. 

“Se me hace muy denigrante tener que vivir con esta carencia de oportunidad laboral, de tener que vivir con el estigma de ‘solamente tú vas a ejercer el trabajo sexual’, ‘solamente tú vas a ser estilista y punto’. Muchas de las veces nos ven paradas en una esquina y piensan que estamos paradas por gusto. No, claramente no, estamos paradas y estamos trabajando, ¿por qué? por necesidad”. 

Estigmatización laboral 

Datos de la Encuesta Nacional de Diversidad Sexual 2021, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), indican que en Coahuila hay más de 109 mil personas de la población LGBTIQ+, y hasta ahora se desconoce qué porcentaje de la población se identifica como transgénero o no binaria. 

De acuerdo con la coahuilense y activista trans Karla Llamas, las poblaciones transgénero y no binarias son quienes más dificultades presentan al momento de solicitar trabajo. La mayoría de ellas porque se vieron obligadas a abandonar sus estudios derivado de la violencia de la que han sido víctimas. 

“Muchas no podemos acceder a un empleo porque no tuvimos la oportunidad de terminar la preparatoria, por ejemplo, y ni hablar de una licenciatura. Muchas de nosotras tuvimos que huir de las secundarias y de las escuelas en donde se nos golpeaba y en donde vivíamos el bullying”, expone. 

Karla explica que la cantidad de la población trans y no binaria que logra concluir sus estudios universitarios es mínima. Sin embargo, la mayoría de ellos decide “meter el título debajo del colchón” para dedicarse a oficios a los que es más fácil acceder. 

“También es importante hablar de esa jerarquía laboral. O sea, en las maquilas sí entramos, en los oficios como estéticas entramos, en los taxis entramos, en los taxis de aplicación entramos, pero ya, por ejemplo, si la persona es una maestra trans, ya es más difícil que acceda a un a un trabajo como tal porque si hablamos de empleo, pues hablamos de la maquila, ¿verdad? Ahí todo el mundo entra sin ningún inconveniente”, explica. 

Noé Ruiz, presidente de San Aelredo, organización que trabaja en favor de la población LGBTIQ+ en Coahuila, asegura que, pese a que en el estado hay avances en materia de acceso laboral para este sector de la población, aún persisten los prejuicios y se continúa perpetuando contra la identidad de las personas transgénero. 

“A muchas de ellas se les pide cortarse el cabello, no ir maquilladas, se les pide utilizar implementos que no le corresponden a su género”, expone. 

Además, asevera que en muchas ocasiones las personas de la diversidad sexual son juzgadas por su expresión de género y no por sus conocimientos y capacidades.  

“La empresa dice ‘no después te hablamos, vamos a checar tu currículum’, entonces, son pretextos que se le dan a la gente pese a que tenga todas las capacidades para poder desempeñar un puesto (…) Aunque tenga todas las capacidades, los intereses de la empresa a lo mejor no van de acuerdo con la población LGBTI o el puesto que quiere desempeñar en la empresa no le favorece; entonces, sí es un tanto discriminatorio”, explica. 

Legislación pendiente

Aunque Coahuila ha sido pionero en la promoción de leyes en beneficio de las poblaciones LGBTIQ+, poco se ha hecho para que las personas transgénero y no binarias sean incluidas en puestos públicos o de poder. 

“Creo que en este contexto de ganancia de derechos las que siguen quedándose atrás son estas poblaciones de mujeres y hombres trans y personas no binarias”, denuncia la activista Karla Llamas. 

Karla asegura que ninguna persona transgénero ocupa un puesto en el gobierno de Coahuila o sus municipios, lo que ha motivado a los colectivos a llevar el tema ante el Congreso local. 

En 2023 un conjunto de mujeres trans presentó ante el Congreso de Coahuila una iniciativa para promover el cupo laboral trans en el Estado. Sin embargo, derivado de la falta de datos sobre la población transgénero y no binaria a escala local aún continúan trabajando en el documento legislativo. 

“Tuvimos un primer acercamiento con el equipo de investigación del Congreso del Estado, donde un grupo de población trans acudió a estas oficinas y se les hizo saber lo que se está viviendo y qué era lo que buscábamos por medio de esta iniciativa. 

“El acuerdo fue plantear una investigación donde se pudiera llegar a algún punto de acuerdo en beneficio de las personas trans”, compartió. 

La activista consideró que las cuotas transgénero permiten “inyectar” cierto porcentaje de la población trans en empresas, fábricas y espacios laborales jerárquicos que actualmente no ocupa ni lidera esta parte de la población. 

“El tema laboral solamente es un tema pendiente de los muchos que se tienen en la agenda LGBT, y que es importante que sean atendidos y que sean tomados en cuenta. 

“No solamente en el Mes del Orgullo, no solamente en el mes del pride, sino en más meses del año, y que se puedan abrir más puertas para las poblaciones trans y para mejorar las condiciones de vida”, finaliza Karla. 

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