Un Coahuilense | Julieta Carabaza: Docente y pionera

junio 6, 2025
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EL COAHUILENSE

Por Gema Villanueva

Enseñar es una de las labores más nobles del ser humano. Existen profesores que han marcado la vida de sus alumnos o se han convertido en una inspiración para el desarrollo de profesionistas. Julieta Carabaza González es ejemplo de ello. 

Especialista en comunicación social, quien se ha destacado como una maestra ejemplar y referente en el ámbito académico, enfrentó diversas circunstancias que la llevaron a estudiar una carrera técnica. 

Sin embargo, su interés por la educación nunca desapareció. Hace 33 años descubrió su pasión por la enseñanza y, al mismo tiempo, la oportunidad de incorporarse a la Facultad de Ciencias de la Comunicación.

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“Una vez que terminé mis estudios hubo una plaza en Comunicación para impartir una materia relacionada con comunicación y educación, la cual se convirtió en mi gran reto. La diferencia de edades era mínima, pues la facultad había pasado por un proceso de lucha”, comentó la también doctora en Comunicación Social por la Universidad de La Habana.

Durante sus primeros años se desenvolvió en un entorno predominantemente masculino, donde históricamente la mujer ocupaba un segundo plano. Para ella, este contexto representó un desafío que, lejos de limitarla, la impulsó a encontrar solidaridad e innovación.

Al incorporarse a la universidad estaba embarazada y su rutina debía ser más organizada. Tras el nacimiento de su bebé, se enfrentó al cuidado de su hijo y, al mismo tiempo, a impartir clases. Un comentario que la marcó fue: “Eres nueva, pero no tienes derecho a descanso maternal; no llevas ni un año trabajando”, recordó.

Reconocimiento y legado

Su camino la llevó desde puestos administrativos hasta convertirse en la primera coordinadora de Investigación de su facultad, reflejando cómo la constancia y el compromiso pueden abrir nuevas oportunidades.

“Siempre reconocieron en mí la capacidad para avanzar. Durante cinco años di clases y después me ascendieron a coordinadora de Investigación. En ese puesto fui pionera dentro de la facultad”, señaló.

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A lo largo de su trayectoria observó que la brecha generacional ha evolucionado gracias al avance de las tecnologías, lo que implica modernizar el sector educativo y la inclusión de aprendizajes más complejos para cada nueva generación.

“Los estudiantes tienen ganas de aprender, de hacer cosas nuevas y, sobre todo, la ambición de comerse al mundo. En el ámbito educativo debemos modernizarnos, y tanto alumnos como maestros deben mantener la mente abierta y estar dispuestos a involucrarse en todos los cambios”, expuso.

“La esencia de los alumnos permanece en ellos. Muchos han cumplido sus sueños al terminar la carrera, y eso habla de tu aportación como docente”.

En 2023 se publicó el libro Mujeres universitarias, en el cual aborda historias de perfiles destacados como una fuente de reflexión e inspiración, mostrando la importancia de sus labores durante su paso por la universidad.

“Este proyecto surgió por el aniversario de la universidad, buscando destacar algo diferente, ya que existen pocos libros donde las mujeres sean protagonistas”, comentó.

Julieta mencionó que, debido al impacto de Mujeres universitarias en la ciudad, decidió emprender un nuevo proyecto, el cual aborda las dificultades de emprender como mujer y cómo ellas se enfrentan al mundo del comercio local.

“Llevará más tiempo de investigación, ya que el contenido abordará casos de mujeres en el ámbito político, el activismo social y los emprendimientos personales, con un proceso detallado sobre lo que hacen las mujeres en el comercio para salir adelante”.

Considera que su campo de investigación no sólo se enfoca en egresadas, sino también en comerciantes dentro y fuera de las universidades.

Sin techos de cristal

Su naturalidad y capacidad la posicionaron como la primera coordinadora de Investigación en la facultad.

Carabaza comentó: “No entiendo muy bien eso de los ‘techos de cristal’. Pertenezco a una generación que demostró organización, planeación y capacidad, lo que permitió seguir avanzando. Antes no se hablaba de esos temas, y la mujer no tenía un espacio de comparación”.

En sus inicios, Julieta Carabaza enfrentó diferencias generacionales, pues sus ideologías eran muy distintas. Con el tiempo, se adaptó a cada generación, involucrándose más con los jóvenes y actualizándose en nuevas tecnologías.

“Cuando comencé a dar clases tenía casi la misma edad que mis alumnos, y ahí empezó el reto. Muchas veces no tomaban en cuenta mis conocimientos, pero con el tiempo los validaron y reconocieron lo que quería enseñarles”, recordó.

Para Julieta es difícil definir su legado, pero en dos palabras quisiera ser recordada como “Julieta Carabaza”.

“El reconocimiento de las mujeres en la sociedad ha sido un gran logro: romper el escondite para llegar a ser distinguidas con el valor y respeto que merecen”, finalizó.

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