Hablan los capacitadores electorales: La democracia, un asunto ciudadano

junio 1, 2023
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Por Ethel Arredondo

El “Sí acepto” buscado por el INE y sus capacitadores fue difícil de conseguir.

Brenda, Cecilia y Héctor forman parte del equipo de Capacitadores Asistentes Electorales (CAES) del Instituto Nacional Electoral (INE). En el caso de Coahuila son 800, quienes tuvieron que visitar a un total de 306 mil 497 coahuilenses para preguntarles si aceptaban participar como funcionarios de casilla en las elecciones de este 4 de junio.

En febrero pasado el INE en Coahuila inició la primera etapa de capacitación electoral con el despliegue de sus 800 CAES para visitar a los más de 300 mil ciudadanas y ciudadanos que resultaron sorteados para integrar las mesas directivas de casilla. Se insacula o se hace el sorteo entre el 13% de la lista nominal, y tocó en esta ocasión a los nacidos en el mes de diciembre.

Los capacitadores deben visitar hasta su domicilio a todos los que resultaron sorteados. La primera visita es para notificarlos, pero sobre todo sensibilizarlos sobre la importancia de su participación. El INE tiene identificadas 50 causales por las que los seleccionados deciden no participar, la principal es “no tengo permiso para ausentarme del trabajo”.

Los supervisores y CAES portan un chaleco rosa, gorra y mochilas negras, así como un gafete con su nombre, fotografía y el logo del INE. Cada uno de estos artículos se han convertido en su escudo y protección durante sus largos recorridos. Y es que ubicar los domicilios a pie, les resulta más práctico.

José Francisco Espejo López, vocal de capacitación electoral y educación cívica explica que en ciertas secciones no basta con el número de personas insaculadas. En los distritos 05 y 06 ubicados en el municipio de Torreón se agotaron las primeras opciones y se tuvo que recurrir al que se considera uno de los últimos recursos: abrir las listas nominales y volver a hacer un sorteo.

En ambos distritos en al menos 20 secciones se tuvo que recurrir a esta opción. Para obtener a otros posibles funcionarios de casilla, se hace el citado sorteo, pero ahora entre los ciudadanos de la lista nominal por sección. 

En esta ocasión se eligió entre las personas cuyo apellido iniciara con la letra T. Si entre esos no se alcanzaba, se pasaba a la siguiente letra y así sucesivamente.

El INE debe completar a siete personas por cada casilla. En el caso de los 38 municipios de Coahuila, donde están registradas 2.3 millones de electores, se prevé instalar 4 mil 60 casillas, ubicadas en mil 752 secciones electorales.

“Tenemos una serie de causales por las cuales pueden no aceptar participar (en ser funcionarios de casilla). Esas causales son alrededor de 50. Entre ellos, motivos de salud, cambios de domicilio, que no se encuentran los ciudadanos, enfermedades o cuestiones de trabajo. Hay una serie de causales por las que ellos pueden decir no quiero, de tal manera que sí es un número elevado el que nos dice que no. En este proceso de ese 13%, nosotros tenemos que tener siete personas por cada casilla”, refiere el funcionario del INE.

Son siete personas las que deben ser capacitadas para una sola casilla: presidente, secretario, dos escrutadores y tres suplentes generales. A los que ocupen sus cargos correspondientes el día de la jornada se les entregan 500 pesos para sus alimentos. 

En Coahuila se dispondrán mil 745 casillas básicas, 2 mil 243 contiguas, 54 extraordinarias y 18 especiales.

“Es la misma problemática proceso tras proceso, es la misma característica. Sin embargo, manejamos un modelo de visita a la ciudadanía, basado en una serie de prevenciones normativas que nos permite ir cuidando y resolviendo a lo largo de estos dos meses cualquier contingencia. Por ejemplo, cuando nos dicen primero que sí quieren participar y después que siempre no, la norma lo prevé. El caso extremo es tomar gente de la fila, pero no queremos llegar a eso”, precisa Espejo López. 

Agrega que en cada proceso se debe lidiar con la parte humana, tanto de los ciudadanos a quienes se les pide participar, pero también de los mismos CAES, quienes llegan de igual forma a ser reacios para hacer su labor. Y es que el funcionario acepta que no todos los capacitadores tienen un compromiso cívico elevado.

En el caso del municipio de Torreón, hasta el 24 de mayo se había logrado designar a un total de 6 mil 419 funcionarios de casilla, de los cuales 6 mil 385 ya recibieron y aceptaron su nombramiento, y 6 mil 377 recibieron capacitación.

Brenda 

Brenda Ortiz es Capacitadora Asistente Electoral desde el 2018. A ella le surgió la curiosidad de realizar esta actividad cuando recibió la visita de uno de los capacitadores que le notificó que había sido seleccionada para ser funcionaria de casilla.

–¿Cuál fue tu primer sentimiento cuando empezaste con esta labor?.

–Yo salí como funcionaria de casilla y llegó una capacitadora a mi casa, tocó la puerta, la recibí y me gustó su trabajo, la forma en que me trató, la capacitación. O sea, seguí el proceso (…) Después me llegó un folleto donde invitaban a participar y me animé a presentar el examen y me quedé. Para mí esto es una fiesta democrática.

–¿Para ti ha sido difícil cada vez conseguir a los funcionarios de casilla?.

–Influye mucho las secciones en las que nos toca trabajar. Hay colonias que son más participativas y otras un poquito más apáticas o que no tienen el mismo compromiso. Pero pues este año sí, yo noté es que todo lo relacionado con el INE se politizó mucho, con lo del tema de “el INE no se toca”. Yo llegaba a las colonias y había gente que iba pasando por la calle y me decían: “señorita, el INE no se toca, yo estoy con ustedes”, pero también otros que me manifestaban su disgusto”.

–¿Cómo haces tus recorridos?

–Pues depende de la colonia, pero generalmente yo lo que hago es que cuando tengo carro me voy en carro, lo pongo en cierto lugar y después a caminar… Es estar caminando. Hay colonias también que son un poquito conflictivas. Ahí mejor llegar en camión, porque en una ocasión si me andaban abriendo el coche. Los perros es uno de los principales peligros. De repente hay veces que no conocemos el área donde estamos caminando, pero la misma ciudadanía nos alerta. 

–¿Te han asaltado?

–A mí no me han asaltado, a otros compañeros sí, les quitan principalmente los celulares. En una ocasión sí andaba yo en una colonia un poco conflictiva, y sí noté que ya me iban a quitar la mochila, nada más que escuché que alguien les gritó y me dejaron en paz. También por eso es bien importante como capacitador el chaleco, porque es como un blindaje. Así la gente ya sabe que no estamos buscando algo o husmeando, sino que solamente hacemos nuestro trabajo.

–¿Cómo es la actitud de la gente a la que visitas?.

–Hay gente que si te abre la puerta de su casa, te invita a comer, te regala agua, ofrece el baño y todo; y otra gente totalmente lo contrario, que no te quiere dar información, que nos tratan mal. Piensan que somos los jefes y nos tocan las groserías (…) Creo que lo importante no es tomarlo en serio.

–¿Tienen horario?.

–No, no tenemos horarios. Ya uno sabe cómo se acomoda. Al principio sales todo el día y ya después, conforme vas avanzando en tu ruta, vas detectando cuándo es la hora en la que encuentras a los ciudadanos. Los sábados y domingos son los días en los que más trabajo tenemos. Aprovechamos que la gente está en casa o igual los días festivos.

–¿Qué les dirías a todos los que te han dicho que no quieren participar?

–Que se dieran la oportunidad de participar. La mayoría de las ocasiones no quieren participar porque no tienen toda la información, pero cuando participan cambia su forma de ver los procesos. Es una fiesta democrática en donde participamos todos y que ahorita bien o mal o lo que sea, los ciudadanos tenemos el control y el derecho de elegir a los que nos van a gobernar. Hay gente que nos ve y nos dice que quiere volver a participar, pero no se puede, tienen que salir sorteados.

Héctor Iván

La experiencia de Héctor Iván Pérez como capacitador asistente electoral empezó en plena pandemia, en el 2020. Resultó más difícil que lo recibieran en los domicilios asignados. Estaba el miedo de contagiarse.

“Me tocó participar en la primera generación de CAES en tiempos de pandemia. Sí fue un tanto difícil porque la misma ciudadanía era temerosa a contagiarse, pero afortunadamente contamos con las medidas sanitarias. Se implementó el uso del cubrebocas, lentes, caretas, guantes, gel antibacterial, así como la sana distancia, entonces todo eso ayudó mucho. Además había mucha incertidumbre porqué decían que las elecciones se iban a cancelar y sí se retrasaron”.

–¿Cuál ha sido el principal reto para conseguir a los funcionarios de casilla?.

–Nuestro trabajo principal es hacer esa conciencia en los ciudadanos de que es importante su participación para que se pueda llevar a cabo de una manera correcta el proceso electoral, entonces partimos del convencimiento.

Héctor Iván refiere con gusto que en este proceso electoral ha notado una mejor actitud por parte de los jóvenes. En las secciones que le corresponden, la mayoría de los jóvenes que han resultado seleccionados para ser funcionarios de casilla, han aceptado.

Las condiciones de seguridad en su caso han afectado para completar sus asignaciones.

“Yo pienso que cada compañero CAE tiene sus experiencias, con sus pros y sus contras. En lo particular, a mí me toca lo que es el sector de Rincón La Merced y los Manhattan. Es una zona de inseguridad y conflictiva. Me han tocado ver redadas y persecuciones. Afortunadamente no me han dejado solo y en estos casos hacemos equipo para respaldarnos entre nosotros”.

Para Héctor Iván la mayor alegría va a ser el día de la jornada electoral, cuando vea completas las casillas y no falte ningún ciudadano. “Es ahí donde vamos a ver si valió la pena todo el esfuerzo”.

Cecilia 

Cecilia también es CAE, pero en la Ciudad de México. Ha tenido una variedad diversa de trabajos. Actualmente estudia su segunda carrera en la UNAM. Considera que los ciudadanos no toman en cuenta todo que el INE les da sin pedir nada a cambio. 

“A mí me tocó visitar a 459 personas que nacieron en diciembre o enero. Esas personas que salen pre-sorteadas son el 13% del padrón electoral y se seleccionan por su mes de nacimiento. Yo tengo cinco casillas. De esos 459 tenía que conseguir a 105 personas que quisieran ser funcionarios. Es muy difícil que la gente quiera participar porque consideran que ser funcionario de casilla es perder el tiempo. Y no les convence el apoyo económico para alimentos que se les da. Acá les van a dar 500, no es un pago como tal. Pero nadie se acuerda de que todos los trámites en el INE son gratuitos. Un día caminé 24 mil pasos”, comparte.

Como Brenda y Héctor, corre riesgos similares, pero a Cecilia ya la ha mordido un perro y ha estado muy cerca de sufrir accidentes por la falta de acceso a un sanitario.

“Te asoleas, te cierran la puerta, a algunos los encuentras si te vas temprano y otros si vas muy tarde. Después en la segunda etapa te dan tu lista de cómo van a ser tus casillas. Y les vuelves a hablar para que te den una cita y capacitarlos con más detalle. Y es cuando empiezan con que ya no puedo, que ‘a chuchita la bolsearon’ o que ya la pensaron mejor y siempre no”.

A pesar de todo, para Cecilia cada esfuerzo ha valido la pena. La descarga del material electoral, el llenado de formatos, practicar los simulacros y toda la información que le solicitan enviar, así como el armado de los paquetes electorales.

“Ayer me tocó ir a sellar boletas. Hay que ponerles un sello y el número de sección. Entre dos yo creo que sellamos como 5 mil boletas. Tengo una ampolla en mi manita”.

–¿Y ha valido la pena todo el esfuerzo?

–Claro, si no ni me tomaría la molestia, para qué. Todas las personas que he tenido como funcionarios de casilla han sido muy buenas. Después les pierdo la pista, pero conocerlos, capacitarlos, saber que tienes un compromiso con ellos y que te corresponden, es bonito. Además, su labor es muy importante. En el momento en que están en la casilla ellos son la máxima autoridad electoral. Ese día ellos rifan, controlan y dominan.

Cecilia sabe que el día de las elecciones vendrán aún más sorpresas, pues aquellos que se sentían muy seguros, en ocasiones no llegan, mientras que los que estaban en duda, llegan primero que todos.

“Su trabajo vale mucho más que cualquier cantidad de dinero que les pueda pagar el instituto. Y son perfiles bien diferentes, desde personas que tienen la pura primaria, súper inteligentes, hasta gente con doctorado o maestría que son muy dispersos o distraídos, no saben seguir instrucciones”.

En el Estado de México y Coahuila se instalarán el próximo 4 de junio un total de 24 mil 562 mesas directivas de casilla. Y son un total de 15 millones de electores los que emitirán su voto para sendos gobernadores estatales y, en el caso de Coahuila, por 25 diputaciones locales.

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